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11 - Buenos Aires Herald - Editorial: "El tiro por la culata"

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"Propuesta razonable"

por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl

El viernes pasado millones de argentinos y seguramente también miles en el extranjero siguieron a lo largo de varias horas, por la mayoría de los medios, en particular la televisión, la forma en que varios cientos de vándalos, con inusitada violencia y furia, prácticamente destrozaron parte del Palacio Legislativo.

Esto no sería más que uno de los tantos casos que suceden, casi a diario, en este mundo convulsionado.

Pero lo que sí llamó la atención y lo hace un verdadero caso paradigmático, fue la absoluta inacción, pasividad y permisibilidad de las autoridades, que brillaron por su ausencia, a lo largo de todo el tiempo que duró el tumulto y la agresión.

Finalizada este insólito episodio, los más altos responsables de la seguridad y el orden público empezaron a tratar de desligar y transferir responsabilidades.

Tanto el Presidente Kirchner, el jefe del gobierno autónomo de Bs. As., Dr. Aníbal Ibarra, el Ministro del Interior, Dr. Aníbal Fernández y el Ministro de Justicia, Dr. Gustavo Beliz empezaron a reprocharse y endilgar al otro, la responsabilidad de lo ocurrido.

Pienso, sin temor a equivocarme, y sin lugar a dudas, que la responsabilidad, está entre los cuatros funcionarios nombrados.

La pasividad, la inoperancia, o probablemente su manifiesta ineptitud en el manejo de la seguridad, tanto preventiva como activa, han permitido que estos inadaptados, hayan hecho destrozos en la Legislatura porteña, con absoluta impunidad, por valor del orden de $130.000.-

Yo no creo, como contribuyente, que tenga que sufragar estos gastos .Tampoco creo que Ud. lector, tenga porque hacerlo.

Por lo tanto soy de opinión que los cuatro autoridades nombradas, hagan una "vaquita" de dinero, obviamente de su propio peculio, para sufragar los gastos de reparación de los daños causados. Me parece una propuesta razonable.

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"Humillación"

Con su salida bombástica, Gustavo Beliz ha repetido lo que hizo con Menem. Es verdad que el presidente cometió un error al echarlo sin contemplación, pero también es cierto que Beliz insiste en reeditar el mismo gesto teatral, y no descubre nada. Al irse del gobierno de Menem, sólo dijo que estaba rodeado de víboras. Ahora viene a descubrir que Néstor Kirchner es un déspota y que humilla a sus colaboradores, cosa largamente averiguada.

Para ser creíble, Beliz debió hablar antes. Si pensaba que la SIDE es una suerte de gobierno paralelo, que hay manejos de fondos espurios y que con Kirchner no se puede trabajar, ¿por qué esperó a ser echado para ensayar todas estas denuncias? Además, sólo se puede humillar a quien lo permite.

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"Solo es humillado aquel que lo permite..."

por Prensa Independiente

El saliente ministro Beliz, además de denuncias tardías que, de ser ciertas, debió haber hecho hace muchos meses - en lugar de ser obedientemente funcional a las peores políticas y abusos del Presidente Kirchner – ha referido como dicho presidente lo humilló a él y a otros funcionarios.

Eso que algunos periodistas tratan de denominar como ´estilo de gobierno´ y que los argentinos del común llamamos por su nombre: mala educación, irresponsabilidad e inmadurez.

Pero solo son humillados aquellos que lo permiten.

Las dignas actitudes en desacuerdo del General Soloaga y el General Cabrera ante el insulto de la bajada de cuadros en el Colegio Militar, solicitando sus relevos y retiros; del Contraalmirante Mazzoni ante la inaceptable provocación de la ESMA, solicitando también su relevo y retiro; la enérgica reacción del Contraalmirante Sgueglia durante los hechos de la ESMA no permitiendo ser humillado por un funcionario mediano de la Casa de Gobierno y ajeno a la cadena de mandos prevista en la Constitución , lo cual insólitamente le costó el relevo y ahora el sacrificio de su carrera por el Comisario Prados ante la orden ilegal e irresponsable de que todos sus hombres fueran sin armas a una situación de obvio peligro.

Ellos no permitieron ser humillados y prefirieron perder sus carreras profesionales de toda una vida.

Nos honraron a todos, nos dieron al menos algunos paradigmas en medio de este pantano moral.

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"Mentir.....del latín mentiri"

1 - Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa.

2 - Inducir a error. Mentir a alguien los indicios, las esperanzas.

3 - Fingir, aparentar. El vendaval mentía el graznido del cuervo.

4. Falsificar algo.

5. Faltar a lo prometido, quebrantar un pacto.

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"Ocurrió lo que tenia que ocurrir….

el hilo se cortó por lo más delgado"

por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl

El desorden mayúsculo y la irracional violencia ocurrida el viernes pasado, ante la mirada azorada de millones de argentinos y seguramente de otro tanto en el extranjero terminó como se preveía que iba a terminar.

En el vandálico asalto a la Legislatura porteña se siguió con la caótica política de seguridad implementada por el Presidente Kirchner. Hubo roturas y daños en el histórico palacio por valor de varios miles de pesos.

La inacción, la pasividad, la permisibilidad de las autoridades ante semejantes y espectaculares incidentes y disturbios, fue elocuente y evidente.

A mi entender hay un responsable primario, el Presidente Kirchner, y tres responsables secundarios: el jefe del gobierno autónomo de Bs. As., Dr. Aníbal Ibarra, el Ministro del Interior, Dr. Aníbal Fernández y el Ministro de Justicia, Dr. Gustavo Beliz.

Terminados los disturbios empezaron a reprocharse y endilgarse mutuamente, la responsabilidad de lo ocurrido. Pero muy prontamente estas incriminaciones terminaron. Ante la opinión pública había que mostrar un responsable directo de lo ocurrido. Alguien debía pagar los platos rotos de esta verdadera vergüenza nacional.

Una de las condiciones fundamentales de un líder o de un conductor es aceptar la responsabilidad que le compete, simplemente por el ejercicio del cargo que ocupa. Casi diría que es una condición "sine quanon".

No hacerse responsable es un signo de ineptitud manifiesta y además de deslealtad y cobardía. Es el caso de los cuatro funcionarios nombrados. Nadie quería hacerse responsable. Había que encontrar a alguien a quien endilgarle el fardo de estos incidentes.

En el caso que nos ocupa, el Presidente rápidamente encontró la solución adecuada: El Jefe de la Policía Federal. Este reunía dos condiciones fundamentales: era un uniformado (de una institución que a todas luces se busca desprestigiar) y su relevo no iba a producir las indeseables consecuencias como las que traería aparejado el desplazamiento de un ministro. Todos sabemos que para este Presidente las fuerzas policiales son el fusible descartable. Dispuso el relevo del comisario Prados porque se negó a poner policías todos desarmados en el vallado de seguridad que protegía al edificio de la Legislatura porteña.

Prados termina marchándose con hidalguía de la Federal, con el apoyo de toda la Institución, porque su acción fue profesionalmente correcta, y no la demagogia y absurda pretensión de un Presidente, ya reiteradamente incompetente e irresponsable en cuestiones de seguridad,…entre otras.

Pero estos incidentes tenían otra "virtud": sacarían de la tapa de los medios el grave, mayúsculo y escandaloso affaire de los casetes de la AMIA y distraerían la opinión pública hacia un tema que no afectase demasiado la imagen del gobierno.

¡Bien hecho Presidente! ¡Esa es la forma de lograr una imagen positiva!

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"Creativo"

Michel Poniatowski, que fuera ministro del General de Gaulle, solía decir que las estadísticas son como las minifaldas: muestran cosas muy interesantes, pero tapan lo fundamental. Aquí lo principal es que si se devalúa la moneda 300%, la población va a ser tres veces más pobre de un solo golpe. Es lo que pasó en 2001, por la devaluación analfabeta y la pesificación asimétrica.

Ahora el gobierno dice que más de 3 millones y por obra de su política, ya salieron de la indigencia o de la pobreza.

La cuenta provoca risa pues compara la situación actual, donde admiten que todavía hay seis millones de indigentes, con el mes de octubre de 2002, el peor momento argentino desde la crisis del '30.

Pero el amperímetro no se mueve con relación a octubre de 2003, cuando ya mandaba Kirchner y no han habido entretanto mejoras visibles...

Se trata de un típico exceso de la estadística, un ejercicio de "contabilidad creativa" aplicado a disimular algo que todos notamos cada vez que vamos al mercado. Decir que un chico que limpia parabrisas en las esquinas con semáforo ha dejado de ser "indigente", porque pasó a la categoría de simplemente "pobre", es una desvergüenza, un insulto a la sensibilidad general.

Si es verdad que existió una recuperación en el empleo, ni el gobierno ni nosotros podríamos evaluarlo, porque 9 de cada 10 trabajadores son enganchados en "negro". Aunque todo calza dentro de la necesidad propagandística de un sistema que va cayendo vertiginosamente en el favor de la opinión pública.

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"El único acto sincero de toda su gestión"

Sr. Director

de Prensa Independiente

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Después de ver en un programa televisivo y de leer en los diarios las polémicas declaraciones del ex ministro de seguridad, deduzco que éstas fueron el único acto sincero de toda su gestión. Como ciudadana, agradezco el gesto de Beliz, ya que me permitió conocer la forma en que se comporta nuestra actual dirigencia y vislumbrar los subterfugios por los que encauza su gestión la actual administración de gobierno.

A su vez, la actitud del juez Bonadío de archivar la causa de los casetes de la Amia por considerar que fueron "una interpretación libre" del señor Kaul sobre lo dicho por el presidente, demuestra hasta qué punto el poder judicial argentino está manipulado por el poder político y ratifica aquella antigua sentencia del juez norteamericano Marshall que sostiene que "la ley es lo que los jueces dicen que es".

Estimo que en Argentina estas sabias palabras podrían resumirse en "las sentencias judiciales son lo que el presidente de turno - por su conveniencia personal - determina que sean", lo cual pone en una sospechosa situación de connivencia no solamente a los jueces federales, sino a toda la Justicia y muy especialmente a la Corte Suprema.

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"Declaraciones que no hacen los hombres de bien"

Señor Director:

"El ministro Aníbal Fernández salió al cruce de las declaraciones del doctor Quantín manifestando: «En ningún país serio los funcionarios salientes hacen ese tipo de declaraciones; no las hacen los hombres de bien».

Cabe preguntarle al señor Fernández si en los países serios se queman empresas, se toman restaurantes, casinos, comisarías, ministerios, edificios militares, se cortan calles a diestra y siniestra y si el Estado nacional, en los «países serios» permanece impávido como lo hace en nuestro país.

Cabe preguntarse si en los «países serios» el Presidente ordena a su ministro de Justicia y a la policía no hacer nada ante tales hechos.

Cabe preguntarse si en los «países serios» los jefes de policía son relevados cada 30 días y los ministros expulsados de sus cargos telefónicamente."

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Su lectura dispensa de otros comentarios

"No es para cagones timoratos"

El ministro del Interior Aníbal Fernández dijo ayer que gobernar no es una tarea para "cagones" ni para "timoratos" y consideró que el ex secretario de Seguridad, Norberto Quantín, quiere "cubrir con tierra su salida del Gobierno para tapar su propia inoperancia".

En diálogo con Radio 10, Fernández elogió el carácter del presidente Néstor Kirchner y agregó que gobernar "es para quienes tengan decisiones muy duras y estén aptos para tomarlas en el momento en que tengan que hacerlo". El ministro afirmó que "el Gobierno no tiene nichos de corrupción" y sostuvo que Quantín "sufre por la herida".

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Ver versión completa en:

http://www.lanuevaprovincia.com.ar (archivo 29 julio 2004)

"Ahora a repechar la cuesta"

El gobierno busca erradicar rápidamente de la primera plana de los medios y del humor colectivo el incidente Beliz. Las encuestas de opinión que regaron estos días los principales despachos de la Casa Rosada, incluido el que ocupa el presidente Néstor Kirchner, trajeron la mala nueva del enorme crédito que el ciudadano de a pie le ha dado a las denuncias con las que el ex ministro de Justicia se fue a su casa luego de ser echado por un telefonazo de Alberto Fernández.

Esa comprobación vino a sumarse a los elevados índices de disconformidad que la sociedad venía entregando cada vez que era consultada sobre el modo en que Kirchner condujo hasta ahora su errática política de seguridad y de contención - que es un decir - de la protesta social.

No alcanzan para tapar el malestar algunas explicaciones esgrimidas por estas horas en la Jefatura de Gabinete, que apuntan a explicar aquellos guarismos en una sociedad como la argentina, castigada por años por malas gestiones y por políticos que llenaron páginas enteras con noticias sobre sus actos de corrupción.

En un promedio cercano al 80 por ciento según todos los sondeos, la gente considera que son ciertas las denuncias de Beliz sobre la SIDE.

Lo que puede palparse es que el gobierno acusó el impacto, sumado al desagrado que le provocó a Kirchner tener que entregar a la cúpula del ministerio de Justicia en medio de un tremendo escándalo. Y que esa escalada le generó nuevos costos políticos y publicaciones no sólo locales sino de la prensa internacional que reflejaron las denuncias de Beliz sobre la supuesta humillación a que lo sometía el presidente, y la condición de "rehén" del mandatario de los servicios de inteligencia oficiales.

Todo eso hizo que la Casa Rosada debiera rearmar su estrategia comunicacional. Y lo hizo en caliente, sobre el terreno mismo del escándalo que provocó el ex ministro y su segundo, Norberto Quantin. "Tenemos que bajar a Beliz de la tapa de los diarios y demostrar que seguimos gobernando, y que podemos mostrar otras cosas".

El primer impacto de esa estrategia fue el anuncio de la merma en la cantidad de marginales y pobres que registran los índices oficiales que llevaron adelante Roberto Lavagna, y el propio presidente. Llamó la atención, precisamente, que con intervalo de una hora --el ministro de Economía en una conferencia de prensa, y el mandatario durante un acto en el Salón Blanco-- repitieran exactamente las mismas cifras. Más allá de que el anuncio oficial esconde algunos manejos interesados que algunos analistas económicos se han encargado rápidamente de desnudar.

El gobierno obviamente anuncia una disminución de los niveles de marginalidad y pobreza al comparar los datos actuales con los que se registraron en octubre de 2002. Cualquier medición comparable con aquellos meses negros para la economía del país será favorable. No se dice en cambio que si se los coteja con el tercer trimestre de 2003, cuando la administración del santacruceño estaba en pleno ejercicio de sus funciones, los números casi no se han movido.

Se trata nomás de un golpe de efecto para salir del marasmo, aunque abre serios interrogantes sobre si estas cifras podrán ser sostenidas en la realidad.

Las humillaciones a que dice Beliz lo sometía Kirchner quedó como una de las más mediáticas de las imputaciones del ministro que dolieron en la Casa Rosada, un secreto a voces en el gobierno y en sus alrededores en todo este tiempo, como es el maltrato, la chanza ofensiva y la desidia con la que el santacruceño trata a sus colaboradores.

Ese estilo ejercido supuestamente contra el ex ministro quedó de todos modos opacado en las últimas horas por el penoso desplante del presidente a la dirigente de CEO, una empresa líder mundial en provisión de tecnología. La mujer, considerada la número uno del mundo en su gestión, soportó un plantón de una hora en la antesala del despacho presidencial, hasta que decidió irse sin concretar una audiencia que su empresa había gestionado con varios meses de anticipación. Venía de ser tratada como corresponde en Brasil por el presidente Lula, y hoy ocurrirá otro tanto en el Palacio de La Moneda con el trasandino Ricardo Lagos.

Kirchner, a esa hora del mediodía del martes, anunciaba la ¨baja en los índices de pobreza y marginalidad¨¨ en el Salón Blanco, ceremonia que también se realizó con más de una hora de atraso. Hay frescos recuerdos de la misma desidia con la que el presidente dejó plantado días atrás al historiador Fermín Chávez, o la decisión de un grupo de científicos del Conicet de retirarse de la Casa Rosada cansados de esperar un acto con el mandatario, o la imperdonable amansadora que tuvo que asumir el rey Juan Carlos de España cuando su anfitrión lo había convocado para una cena en el Palacio San Martín.

Kirchner desconoce con tamaño desinterés que la cortesía es también una de las formas de gobernar. Y que por el contrario la impuntualidad, el faltazo inexplicado y ofensivo, son síntomas de indiferencia y hasta de desprecio por las personas.

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Ver versión completa en: http://www.buenosairesherald.com archivo de ese día

"El tiro por la culata"

El presidente Néstor Kirchner ha relevado al jefe de la Policía Federal, Eduardo Prados, por permitir armas de fuego normales en la tercera fila de refuerzo a los cientos de policías que efectivamente patrullaban la pacífica marcha de protesta piquetera del jueves pasado, pero ¿un cambio al timón policial hará algo por modificar las actitudes del gobierno o resolver el problema?

Prados podrá haber sido el chivo emisario por el vandalismo del viernes pasado (y quizás, también, por el craso error de Kirchner al anunciar equivocadamente el descubrimiento de cintas grabadas faltantes en relación con el atentado terrorista a la AMIA en 1994, una gaffe finalmente admitida por el gobierno ayer, luego de tres días de negativas y transferencia de culpas).

Más Kirchner sabe muy bien que la causa de la violencia fue su propia indulgencia hacia la protesta social: una suerte de gandhismo invertido, en que las tácticas de desobediencia civil proceden de las autoridades.

Pero como siempre, el presidente se aprovecha en demasía de su general buena suerte política y económica al aferrarse empecinadamente a su obstinado enfoque, inculpando a "policías de gatillo fácil" en lugar de las causas directas de la violencia.

Lo que Kirchner no debería hacer es expulsar a un jefe de policía por cumplir su tarea de acuerdo con el reglamento, antes de introducir algún cambio en éste .

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