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Índice de la fecha

Se ha publicado el boletín "OTROSÍ" Nro. 54 de junio , editado por el Dr. Víctor Eduardo Ordóñez en forma impresa y en su sitio de Internet. Ver su versión completa en: 

http://www.geocities.com/otrosi_again/boletin54.htm .

Contiene dos notas que, como siempre, hacen docencia cívica:

* ¨LASTIMOSA REITERACIÓN¨

El general Bendini al parecer no comprendió la deshonra en la que incurrió al borrar al general Videla de la sala de directores del Colegio Militar y de Comandantes del Ejército. Acaba de ratificar que lo volvería a hacer si se lo mandaran.....

* ¨¿QUE SE PROPONEN?¨

El gobierno - que, no lo olvidemos, proviene de una cultura montonera con todo lo que esto implica - parece no cansado sino satisfecho de los actos de violencia que vienen conmoviendo al país desde hace tiempo pero que en los últimos días, fines de junio, se han incrementado hasta lo inadministrable. Bastaría una recopilación de tales acontecimientos para sopesar con corrección su gravedad y considerar sus consecuencias.

Tal vez, si se observa en perspectiva, no interese tanto la violencia desarrollada - perversa, gratuita, extrema, ilegal, mediática, inútil - por los piqueteros como la pasividad, la postura de resignación o, mejor, de rendición adoptada por el estado. Es todo el aparato represor de éste - palabreja cuyo simple eco estremece de furor y de temor a muchos de sus integrantes actuales - que se desmoronó sin emplearse, pasivamente, cómplicemente.

El Estado se retiró de la defensa del orden, de la imposición de la ley, del afianzamiento de la seguridad pública y privada. .....

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2 – Nota de opinión – Publicada por ¨EL DISIDENTE¨ - http://www.eldisidente.com

"El pez por la boca sobrevive"

por José Benegas

El presidente elige siempre la altura del cordón de sus zapatos para debatir. Inicia y apaga incendios con otros incendios en períodos de más o menos cuarenta y ocho horas. La agresiva descalificación a monseñor Héctor Aguer por sus manifestaciones públicas sigue ese patrón.

Adónde conduce esta metodología es algo que está por verse, pero por ahora el señor K aprovecha la ventaja estratégica que le da el hecho de que sus víctimas no están dispuestas a levantar el dedo teniendo la casa en desorden, como sí está dispuesto él. Sus antecedentes y sus trapos sucios no le producen vergüenza alguna como para que sea más prudente a la hora de hablar.

Alimenta de ese modo su fama de loco. Las agresiones que lanza contra todos los enemigos por aspectos en los que casi siempre los supera, transmite una imagen de irracionalidad que hace que los demás prefieran no meterse con él.

En ese sentido la estrategia de "construcción de poder" oficial, se parece mucho a la de un criminal que busca ser declarado inimputable.

Con sus ataques a Aguer por los vínculos del obispo con el banquero fallido Francisco Trusso, cualquiera podría recordarle que tiene por ministro a cargo de dos áreas críticas como justicia y seguridad al principal protegido del responsable y principal procesado por la gigantesca estafa a ahorristas en el Banco de Crédito Provincial: Don Gustavo Beliz.

Los Trusso, (cuya cercanía según K obliga a monseñor Aguer a hacer silencio), pagaron el alquiler del departamento que habitaba su ministro en Juncal 1760 6º C, durante cuatro años, y se hicieron cargo de sus gastos de tarjeta de crédito, como consta en una investigación hecha por el entonces Juez Bagnasco.

En el alquiler del departamento, Beliz ni siquiera figuraba como inquilino, sino que aparecía otra persona prestando el nombre: Graciela Debiassi, que terminó siendo detenida antes que Trusso (que estuvo prófugo) en la causa del BCP. El contrato se firmó en oficinas del BCP y el garante fue el propio Francisco Trusso. El banco pagaba el alquiler y lo hacía por adelantado semestralmente.

La tarjeta Carta Credencial que tenía a su disposición el ministro del señor K era la Nº 5070-3102-1413-6491.

En ese entonces Beliz no era favorito del señor K, sino de Carlos Menem, razón por la cual Octavio Frigerio lo denunció por tráfico de influencias a raíz de estos vínculos económicos estrechos.

También fue procesado por el caso del BCP quien fue jefe de asesores de Beliz, Renato Dalle Nogare. Otro de los asesores de Beliz en la Secretaría de la Función Pública de Menem, Diego Blasco, al dejar el cargo fue designado como gerente a cargo de Carta Credencial en el BCP.

Pero Trusso no fue solo banquero, sino también embajador en el Vaticano. Ese cargo lo obtuvo por recomendación y pedido del propio señor Beliz.

Podríamos pedirle al presidente que tuviera la prudencia de no verse involucrado por sus propias diatribas. ¿Pero a quién se lo estaríamos pidiendo? Por otra parte, conociendo la versatilidad del ministro de justicia, seguridad y derechos humanos, en realidad no podemos descartar que esta letra contra Aguer haya sido una idea de nuestro notorio descubridor de nidos de víboras.

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"Monseñor Aguer"

Señor Director:

"El presidente de la Nación, para descalificar a monseñor Aguer, le imputó haber sido fiador personal para que recuperara su libertad alguien detenido por el delito de estafa, resultando notable que haya pretendido tal circunstancia como un demérito cuando, por el contrario, la conducta del dignatario constituye un gesto de caridad en el más puro sentido de amor al prójimo que sólo exhiben aquellas personas que han superado el egoísmo y los temores a críticas interesadas.

"Monseñor Aguer asumió conforme a la ley el compromiso personal de asegurar la presencia del liberado cuando el juez lo requiriese y éste la aceptó en base a la responsabilidad que le reconoció. Hasta aquí el derecho de un ciudadano. Lo que el Presidente ha ignorado es la naturaleza de la caridad que todo católico debe tratar de observar superando la animadversión que el hecho pudo haber generado. El obispo ha actuado con una grandeza poco común y, para colmo, con quien que causó un grave daño a alguien que él quería y respetaba mucho como era monseñor Quarracino (conozco perfectamente la causa), circunstancia que eleva su actitud sobre el común de los hombres. Monseñor Aguer, porque cree en el propósito de enmienda, confió y en prenda de ello comprometió caritativamente nada más y nada menos que su persona en un acto de amor y entrega al prójimo digno de encomio."

DNI 5.596.036

¿Sesión pública?

Señor Director:

"El miércoles, a las 10, estaba fijada la sesión pública para tratar el pliego de la Dra. Argibay. Pasadas las 12.30 informaron que el Senado estaba sesionando a puertas cerradas y que no se podía pasar.

"Mucha gente que fue a la audiencia perdió el día de trabajo para presenciar una sesión pública que arbitrariamente les fue vedada, sin siquiera recibir una explicación de parte de quién les prohibió la entrada a un ámbito público. Así es como el Gobierno nombra a los funcionarios de nuestra Corte. Esta es la transparencia que tanto queremos y se proclama. He aquí la eficacia del decreto 222 de autolimitación del Ejecutivo."

"Pide explicaciones"

Señor Director:

"Escribo esta carta para pedirle explicaciones al Dr. Gustavo Beliz sobre la interpretación que debo hacer acerca del Decreto 222 de autolimitación del Ejecutivo, firmado por el Presidente, con motivo de transparentar el nombramiento de los jueces de la Corte Suprema de Justicia.

"Como es sabido, ese decreto prevé que los candidatos reciban impugnaciones de los ciudadanos, enumera plazos para ser cumplidos y propone una audiencia pública para el nombramiento. La actual administración (la misma que firmó el Decreto 222 anunciándolo con bombos y platillos) no cumplió con ninguno de estos puntos. No se tuvieron en cuenta las impugnaciones presentadas masivamente ante el Ministerio de Justicia, no se cumplieron los plazos establecidos en el decreto y, como si todo eso fuese poco, la audiencia pública para designar a la doctora como jueza se realizó a puertas cerradas.

"Ante estas circunstancias, me animo a preguntarle al Dr. Beliz, ¿qué cambió en la designación de los jueces para el alto tribunal? ¿Estaremos ante la corte K? ¿Qué tiene que pasar, según el Decreto 222, para que un juez propuesto no sea designado? ¿De esta forma quieren fomentar la participación ciudadana? Espero que el ministro de Justicia me ayude a entender este decreto que pensé que era comprensible para cualquiera."

"Respuestas"

Señor Director:

"El señor presidente de la Nación tiene una respuesta para todos. Como ciudadana quiero saber qué le contesta a Hebe de Bonafini."

"Piquetes I"

Señor Director:

"Qué inteligentes Castels, Pitrola, D’Elía y demás piqueteros en tomar puentes, avenidas, autopistas, empresas, dependencias oficiales y comisarías. Si se les hubiera ocurrido mandar e-mails hubieran sido detenidos."

"Piquetes II"

Señor Director:

"Los dirigentes políticos nada han hecho, desde 1983 hasta hoy, para remediar la simplista y peligrosa confusión instalada en la Argentina entre orden y seguridad y represión ilegal. El gobierno nacional, además, convive con personas cuya prédica violenta, muchas veces, se concreta en actos por todos conocidos.

"Como simple ciudadano me pregunto: ¿es tan complejo darse cuenta de que los piqueteros «duros» (violentos) sólo llevan a la práctica lo que muchas veces se declama alambicada y solapadamente desde el poder? ¿No les da vergüenza haber generado una sociedad en la que, en pleno siglo XXI, resulta imposible la coexistencia del orden y la seguridad con el derecho a la protesta y a peticionar a las autoridades? ¿Llegará el día en que los dirigentes de todo nivel dejen de insultar la inteligencia de sus empleadores (o ciudadanos) justificando lo injustificable y pensando en las urnas y el bolsillo y nunca en la ley, el honor, Dios, la Patria o los Santos Evangelios sobre los que han perjurado descaradamente?

[email protected]

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De la revista digital "Economía para todos" - - www.economiaparatodos.com.ar

"Volvamos a la razón y a la edad madura"

por Roberto Cachanosky

El despegue de la Argentina como país, con la llegada de oleadas inmigratorias y el ingreso de capitales extranjeros, fue posible gracias a la existencia de instituciones sólidas. Pero el populismo nos devolvió a un estado de oscuridad e inmadurez, similar al que padecíamos antes de la sanción de la Constitución.

Antes de 1853 en Argentina existían la misma pampa húmeda, los mismos ríos y el mismo clima que después de ese año. ¿Por qué antes de 1853 no éramos nada en el mundo y por qué luego de sancionada la Constitución empezamos a crecer? ¿Por qué a partir de 1880 la cantidad de inmigrantes que llegaban a la Argentina se multiplicó por tres y las exportaciones también se multiplicaron tres veces y en 30 años llegaron a aumentar cinco veces? ¿Acaso los inmigrantes venían a morirse de hambre a la Argentina? ¿Eran todos masoquistas? Los dueños de capitales ingleses, franceses y norteamericanos que invertían en Argentina, ¿lo hicieron porque les gustaba perder su capital?

El gran despegue de Argentina con sus olas de inmigrantes e ingreso de capitales se produce porque:

• la gente que venía a la Argentina ya sabía que se respetaba la propiedad privada, es decir, el fruto del trabajo de cada uno,

• ya no existía la amenaza de los malones que saqueaban a los colonos, y

• se habían terminado los conflictos potenciales con los países vecinos. El que venía al país sabía que el ejército no lo obligaría a incorporarse a sus filas para combatir en guerras absurdas internas y externas. Lo que hubo fue paz y administración.

Pero un dato relevante, que a mi juicio no es menor, es que la tan criticada generación del ’80 había logrado generar confianza porque ninguno de los presidentes de aquella época intentaba modificar la Constitución para perpetuarse en el poder. Los presidentes fueron cambiando, las luchas políticas fueron feroces, pero todos los dirigentes políticos respetaban las reglas de juego establecidas en la Carta Magna. El país tenía instituciones. Quienes venían aquí sabían que llegaban a una tierra donde ni el Estado ni los malones se iban a apropiar de sus bienes.

A causa del populismo Argentina dejó de ser esa potencia que asomaba a principios del siglo XX. Es como si hubiéramos entrado en el túnel del tiempo cayendo nuevamente en las condiciones institucionales anteriores a 1853.

El que hoy viene a invertir a nuestro país corre el riesgo de que los malones del siglo XXI (piqueteros) tomen su empresa y lo extorsionen con más actos de violencia si no hacen lo que ellos quieren.

El Estado ya no respeta el derecho de propiedad, confiscando directamente o bien utilizando el sistema impositivo para apropiarse del fruto del trabajo de la gente.

Las milicias provinciales que mantenían al país en la anarquía y que fueron disueltas una vez que el Estado nacional tuvo la fuerza para lograrlo, volvieron a resurgir bajo otro formato. Ahora, esas milicias provinciales responden a los caudillos provinciales y municipales y están siempre listas para alzarse contra el orden constitucional, saqueando supermercados y comercios, en simulados ataques de hambre que empiezan un 20 de diciembre y desaparecen por arte de magia a los 20 días, a pesar de la brutal caída del salario real producida por la devaluación.

El país volvió a cerrarse al comercio mundial bajo el lema de "vivir con lo nuestro" y la protección de la industria nacional. Volvimos a aislarnos del mundo para que unos pocos vivos puedan tener ganancias que jamás lograrían compitiendo. Un saqueo de guante blanco.

La Argentina de hoy en día sigue teniendo los mismos ríos, la misma pampa y el mismo clima que antes de 1853 y que en 1880. Lo que le falta a nuestro país para volver a crecer es establecer paz y administración.

Y para eso es necesario reemplazar las actuales estructuras mafiosas que dominan la política por estadistas que reestablezcan la paz y sepan administrar, para que - algún día - un presidente pueda repetir las mismas palabras que Roca pronunció en mayo de 1883 ante el Congreso Nacional: "La paz más profunda, el orden y la libertad más completa, reinan en toda la República y nuestro crédito político y económico penetra en todos los pueblos y mercados europeos, que empiezan a creer, por fin, que hemos entrado en la época de la razón y de la edad madura".

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Buenos Aires, 9 de julio de 2004, aniversario del Día de la Patria.

"Socialdemocracia e ilegitimidad"

por Hugo Reinaldo Abete

No hace mucho, en una carta de lectores expresé que las Fuerzas Armadas no debían sorprenderse por lo que el gobierno de Kirchner estaba haciendo con ellas, dado que en realidad no hacía más que ser fiel a la ideología con la que se identifica: la de la socialdemocracia. Para este concepto político, no hay espacio para las Fuerzas Armadas tradicionales a las que considera al servicio del imperialismo, y cuando sus seguidores alcanzan el poder, buscan reemplazarlas por otras afines a su ideología.

A partir de este razonamiento, creí conveniente profundizar el mismo, de manera que pudiésemos reflexionar sobre las causas profundas que hacen que todo un pueblo pueda verse gobernado por una ideología que no es la que lo representa, ya que no está inmersa ni en la mente ni en los corazones de la mayoría de su gente.

Como suele decirse, el sistema democrático es abarcativo de todas las ideas que conforman el amplio espectro político de la sociedad. Teóricamente, en él tienen cabida tanto las de derecha como de izquierda pasando por las de centro, pero en realidad sabemos que en lo que hoy se en-tiende por democracia en la Argentina, esto no es así, ya que mientras por un lado se excluye del sistema a ciertas expresiones de derecha por considerárselas ilegítimas, por el otro, la izquierda es aceptada y está representada en todas sus variantes.

Es bueno recordar que tales circunstancias antes no se daban porque, bien o mal, con todos sus errores y, dejando la corrupción de lado, los partidos políticos mayoritarios hasta los años setenta –en que empieza la subversión marxista a desarrollar su accionar destructivo–, mantuvieron una línea que respondía a la idiosincrasia de nuestro pueblo y, en general, respetaban el modo de vida de los argentinos. Por entonces cuando accedía al gobierno uno de los partidos mayoritarios, la diferencia estaba dada, más por la ocupación del poder que por las plataformas políticas.

Los partidos de izquierda no tenían prácticamente representatividad y conformaban una minoría casi marginal a la que ni se le prestaba atención. Por entonces nadie podía imaginar que pudiese acceder al poder alguna ideología que no fuera la que estaba representada en la democracia liberal. A tal punto esto era así que, cuando alguna mente sensata cuestionaba las debilidades de la democracia planteando el interrogante sobre qué sucedería si llegase al poder algún representante de la izquierda marxista internacional, enemigo de los valores religiosos, patrióticos, culturales y nacionales, la respuesta escapista del momento siempre era la misma: "eso es imposible que suceda en la Argentina".

Con ello no sólo se ocultaba la respuesta de "lo solucionamos con un golpe de estado de los militares", sino que se encubría la raíz del problema, que no es otra que la mismísima democracia. En síntesis, hasta 1983, nuestro país siempre fue gobernado por los representantes de la democracia liberal, en la que se debe incluir a los mismos militares que, aunque no eran elegidos por el pueblo, su alternancia en el poder siempre fue consentida por este. Este tipo de democracia era la aceptada por la sociedad argentina y las diferencias entre los que llegaban al poder estaban enmarcadas por los espacios de poder y no por las ideologías.

Derrotada la acción armada de la subversión por las Fuerzas del orden de la Nación, aquella resolvió continuar la guerra por otros medios, y es así como recurrió a la estrategia de intentar llegar al poder a través de la vía que los teóricos marxistas consideran la más apta: la democracia.

Para ello, con el apoyo internacional socialista, comenzaron a elaborar la dialéctica de víctimas de la dictadura y del genocidio argentino, y en poco tiempo la derrota que habían sufrido en el terreno militar, trocó en victoria con la llegada al poder de un gobierno socialdemócrata. En general el pueblo, poco y nada sabía de lo que este concepto político implicaba, y muchos creían que solamente se diferenciaba de los gobiernos anteriores en que atacaba denodadamente a las Fuerzas Armadas y que hacía un culto del endiosamiento de la democracia.

Respecto de las experiencias extraídas con este primer intento socialdemócrata se puede decir que, si bien no logró muchos de sus objetivos ideológicos –precisamente por la resistencia de algunos sectores, en particular el militar–, en general y a modo de extrema síntesis, cabe agregar que obró como punta de lanza de todo el proceso revolucionario que de ahí en más vino de la mano de la democracia.

Así llegamos a la actualidad en que nos encontramos bajo otro régimen socialdemócrata que se proclamó merced a los negocios turbios que la misma democracia prohíja para mantener a tal o a cual en el poder. Como todo gobierno, en los primeros tiempos de su ejercicio, contó con el aval del pueblo, incluso hasta cuando adoptó medidas consideradas antipopulares. Pero he aquí, que lo que no es natural y obra contra la idiosincrasia del pueblo, contra su forma de ser, sus costumbres, su cultura, tarde o temprano, provoca rechazos que, a su vez, pueden terminar en re-acciones no deseadas.

Ante tales circunstancias, otra vez se plantea el interrogante: ¿Si en esencia somos un país tradicionalmente formado en los valores Cristianos Católicos, es legítimo que un gobierno ataque aquello que se desprende de esa realidad?. Obviamente que la respuesta es NO, con lo cual se concluye entonces que lo que en definitiva debe cuestionarse es el mismísimo sistema que permite que tal ideología acceda al poder.

Seguramente, para quienes hacen de la forma de gobierno democrática algo sagrado, tales afirmaciones resultan golpistas, y yo les contesto. ¿Por qué?. Acaso en aquellos países con afianzadas creencias, puede llegar al poder alguien que pretenda gobernar en contra de ellas?

¿Acaso Israel va a permitir que sea gobernado por ideologías contrarias al judaísmo?. ¿Acaso los EE.UU. aceptarían un gobierno contrario al estilo de vida norteamericano?...

Con este argumento tan elemental y simple digo:

por qué nos va a gobernar alguien que vaya en contra de los valores tradicionales de los argentinos.

 

Por qué hemos de aceptar que a nuestros hijos les enseñen en los colegios la patética distinción de géneros para justificar la homosexualidad,

 

por qué hemos de aceptar el aborto como política de estado,

 

por qué hemos de aceptar una visión arbitrariamente distorsionada de los derechos humanos,

 

por qué hemos de aceptar al guerrillero Che Guevara como prócer en desmedro de los arquetipos de la Argentinidad, los generales San Martín y Belgrano,

 

por qué hemos de aceptar que se incentive el hedonismo de la juventud que destruye la familia,

 

por qué hemos de aceptar que se pretenda reemplazar a la Fuerzas Armadas tradicionales por milicias populares ideologizadas,

 

por qué hemos de aceptar que los jueces de la Suprema Corte de Justicia sean abortistas, divorcistas e inmoralmente garantistas,

 

por qué hemos de aceptar que se ataquen los valores religiosos si somos un pueblo esencialmente Católico y es ahí donde abrevamos nuestro verdadero estilo de vida?...

 

El régimen socialdemócrata en la Argentina es ilegítimo, como lo es cualquier otro que ejerza el poder en contra del bien común y sólo gobierne para el sector afín a su ideología.

Para quienes estamos convencidos que este sistema democrático corrompido es la madre de todos los problemas, sabemos que la solución ya no es el golpe de estado y que la misma debe pasar por una nueva forma de gobierno sana, que asegure la continuidad histórica y tradicional de la Nación, que se base en una genuina representatividad y auténtica participación, que respete la ley moral y religiosa, que tenga por norte el orden natural y esté dirigida por una verdadera élite que se destaque por sus virtudes intelectuales y morales.

¡Por Dios y por la Patria!

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