Buscador por palabra al final de la página  

Índice de la fecha

1 - Notas de opinión política: "El soretismo"...al que nos tiene acostumbrados la dirigencia argentina, por Héctor Trillo.

2 - ¡Shot!...se despertó el gobernador Solá, bingo: "Y descubrió que el problema de la seguridad es político...", por Prensa Independiente.

3 - De ´Economía para todos´: "Revelarse contra la humillación diaria", por Roberto Cachanosky.

4 - Carta de lectores de la Nación: "Inseguridad".

5 - De La Nación: "Entre lo irreparable y lo indispensable"...quienes reclaman seguridad no reivindican un privilegio, por Santiago Kovadloff.

6 - Nota de opinión política; ¿Es posible la democracia en la argentina?, por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl.  

==========================================================

1 – Notas de opinión política

“El soretismo”

por Héctor Trillo

Es evidente que el lugar que ha ocupado Juan Carlos Blumberg en la opinión pública a raíz de su clara posición de búsqueda de soluciones al problema de la inseguridad ha generado numerosas reacciones impregnadas del grado de bajeza, que denominaremos, con la debida licencia, soretismo, al que nos tiene acostumbrados buena parte de la dirigencia argentina y sus adláteres.

El grado de barbarie y de chatura moral e intelectual en la que ha caído nuestro querido país en ciertos sectores es de todos conocido y no parece necesario abundar. Baste ver en la tapa de algún diario capitalino la pared de la Catedral Metropolitana con una leyenda roja en aerosol que dice "Blumberg nazi" para cerrar este capítulo de la tristeza y la ignorancia más estúpida y clasista jamás imaginada.

El Ingeniero Blumberg ha pasado a ocupar un lugar. Ha llenado plazas, lo cual no es poco en el país de la tarima y el discurso desde los palcos y los balcones. Desde hace muchos años la plaza de Mayo es "de Perón", y los destartalados vehículos transportadores de las huestes del sánguche y la coca para llenar espacios verdes y de los otros son una constante patética de un pasado olvidable y tragicómico.

Pero, claro, el llenado de plazas por parte de este hombre común al que le mataron miserablemente a su único hijo, no necesitó de "planes" ni de sánguches ni de dádivas de ninguna índole. Tampoco de pasajes gratis en trenes y subtes. No. El llenado de plazas se produjo en forma espontánea la primera y la segunda vez. Y en cierto modo fortalecido por la intemperancia de las hordas escribidoras de lugares históricos y públicos, la otra.

El insulto descalificador y bárbaro tiene su fundamento en la ignorancia, como decimos, pero también lo tiene en el sectarismo, la xenofobia y el racismo. Blumberg es blanco, de buena familia y de la zona norte. No morocho, pobre y de la zona sur, rezan patéticamente ciertos comentaristas en medios que se dicen "de izquierda" pero sobreviven al socaire del amiguismo y la prebenda de una clase acomodada merced a los favores de un Estado de clara raigambre fascista. En efecto, hace pocos días el diario del grupo Clarín, "Página 12" publicaba en su tapa que "el empresario" es algo así como el nuevo representante de la derecha.

El empresario, por si hay algún distraído, es Blumberg. Para las hordas de la pintada acusadora es determinante el lugar que ocupa en la escala económica este señor. No sé si se entiende. El soretismo tiene que llamarlo "empresario", así prende más en el odio clasista de la barbarie y la ignorancia.

El problema de fondo no está en el discurso planteador de las luchas de clases, sino en la descalificación y el arrastre del odio a través de titulares azuzadores de los bajos instintos y de la sinrazón. Victoria a lo Pirro si las hay eso de arrastrar al miserable a la plaza con artilugios de baja estofa y pésimo intelecto. Si hay racismo y clasismo en quienes siguen a Blumberg, qué nos queda para quienes lo detestan.

En verdad, el soretismo no se banca a Blumberg, pero tampoco se banca a Soledad Pastorutti, si se me permite la comparación casi surrealista. No se trata de los blancos y los ricos, versus los pobres y los negros. No. Se trata de la elite clasista y sectaria versus el resto.

Blumberg dice no ser de derecha, tanto como para contrarrestar las acusaciones vacuas de quienes ponen el odio por encima de su propia vida. No hay peor enemigo que la culpa, habría que recordarle al ingeniero. Y la verdad es que si alguna vez pretendemos intentar ser genuinamente democráticos, es hora de que nos vayamos haciendo a la idea de que un país en democracia no es un país donde las ideas son un delito. El caso de este ingeniero es más que eso, derivar hacia una ideología política, la que fuera, una lucha y una necesidad de hacer algo por la vida de todos nosotros es un acto de genuino soretismo, y de los peores.

Acá no está en juego a qué ideología representa este señor, sino a quién representa y qué representa. Y esto es bien claro.

Blumberg representa a su hijo muerto estúpidamente en manos de asesinos sin contemplación alguna. Representa a una masa de millones de personas que firmaron sus petitorios pidiendo seguridad.

Ni él ni ninguno de nosotros sabe muy bien qué es lo que hay que hacer para que estemos más seguros, pero todos tenemos alguna idea. Y todos sabemos qué se hace y qué no desde el Gobierno.

Es obvio que desde el dislate de Alberto Fernández contestando a la señora Garnil desde una cloaca miserable, se ha puesto sobre el tapete el soretismo más funesto y retardatario que pudiera existir sobre la Tierra. El de quienes pretenden descalificar al otro con consignas y etiquetamientos. Aquellos que ni saben qué cosa es ser "nazi" o "facho" pero que repiten consignas por imperio de su triste papel de rebaño en la vida que les toca.

Voy a terminar este humilde comentario con algunas consideraciones sobre los comentarios hechos por el Dr. Arslanián, quien se sintió "tocado" por ciertos dichos de Blumberg. "Francamente , uno queda como un pelotudo que está esperando que él (Blumberg) le diga lo que tiene que hacer", expresó. Con esto es suficiente para comprender cómo se ha "sacado" el funcionario ante los dichos del peticionante. Pero hubo más: lo acusó de realizar "acciones desestabilizadoras", afirmación que no deja de ser patológicamente recurrente en nuestra claque gobernante.

Basta recordar el papel que a Tinelli le asignara De la Rúa. Y no sólo el ex presidente le asignó ese papel, sino que conspicuos regenteadores de medios oficiales sostenidos por su Gobierno se cansaron de hacer comparaciones con Illia y los golpes de Estado, partiendo para ello de lo que un oscuro segundón, José Eliachev, llamó "tinellización".

Esta semana que acaba de concluir pueden verse en una revista capitalina comentarios del escritor "Mempo" Giardinelli, quien sostiene que los que asisten a la marcha blumberguiana son "golpistas" potenciales, consciente o inconscientemente. Tomá pa vos.

¿No será hora de sacarse la careta?, ¿acaso no sabemos que si algo "desestabiliza" a este gobierno, no es lo que diga o haga Blumberg, sino su propio génesis y sus acciones o inacciones?. No sé si soy claro. Un presidente sin poder surgido al socaire de componendas políticas y acompañamientos genuflexos de "periodistas" y medios como el citado más arriba. Una manifiesta incapacidad de atacar a fondo el problema de la inseguridad, tal como acaba de demostrarlo con actos el propio Kirchner al disponer traspasos y refuerzos de las áreas a las cuales les atañe el problema, inclusive reforzando la zona norte luego de los acontecientos protagonizados por la familia Garnil. Una patética muestra más, si hiciera falta, de que la señora Garnil tenía razón cuando decía en su carta que el gobierno no se ocupa debidamente del problema, Sr. Fernández.

Y ahora sí, el final: Arslanian se sintió ofendido de que Blumberg lo acusara de hacer purgas indiscriminadas en la policía. ¿Sirve de algo que este señor afirme esto?. Lo que corresponde que haga Arslanian, como funcionario público, es demostrar que las purgas no han sido indiscriminadas, cosa que no ha hecho, que se sepa. La obligación de publicar el por qué de sus actos no es sólo constitucional y moral, también es un deber de las personas de bien. Y mencionarse a sí mismo como "pelotudo" no es más que un patético golpe de efecto, que viene de perillas al soretismo que todo parece dominarlo.

Héctor Trillo

==========================================================

2 – ¡Shot! .... se despertó el gobernador Solá , bingo....

“Y descubrió que el problema de la seguridad es político...”

por Prensa Independiente

Sola dijo que Blumberg se está metiendo en política...bingo!

Claro que se está metiendo en política, es esencialmente político el problema y además debería percatarse que la seguridad se refiere a POLITICAS DE ESTADO, las más importantes de la vida política.

Parece que Solá, al fin y al cabo fiel producto de esta perversión de la democracia que trabaja como dirigencia para si misma y no para el pueblo que la elige, cree que política es solo la politiquería inter partidaria y las riñas internas por el poder en cada partido.

Pasa que BLUMBERG ES UN FENOMENO POLITICO Y HACE POLITICA CON MAYUSCULA, claro que no es un profesional de la política partidaria, no vive de ello,  lo que aun no hace es postularse a cargos electorales.... Y si lo hiciera en el futuro: ...¿Y que....? como le dijo Malu Kikuchi el otro día al vocero Fernández de bigote más chico; por estos días más que mudos ambos... ¿ acaso les comieron la lengua los pingüinos más pingüinudos?

Prensa Independiente

==========================================================

3 – De ´Economía para todos´ - 19 de agosto de 2004

“Revelarse contra la humillación diaria”

por Roberto Cachanosky

La demagogia populista está abocada a repartir miseria, sin preocuparse por crear riqueza y hacer crecer a la Argentina. Sólo resta esperar a ver si los argentinos son capaces de despertarse y, sin conformarse meramente con unos pocos pesos en el bolsillo y una endeble estabilidad económica, exigen de una vez por todas el país, los políticos y el gobierno que se merecen. 

Si hay algo que aprendieron los dirigentes políticos que rinden culto al populismo redistribucionista es que un descalabro monetario y financiero o una hiperinflación pueden acabar inmediatamente con un gobierno. El populismo de Alfonsín derivó en la hiperinflación y lo obligó a abandonar anticipadamente el gobierno. La fuga de capitales de 2001 ante la ineptitud de De la Rúa para gobernar terminó en una crisis financiera que también lo obligó a dejar anticipadamente el gobierno.

De lo anterior se desprende que cuando a la gente le tocan el bolsillo (ya sea con la hiperinflación o con una confiscación de depósitos), el que está como presidente corre serios riesgos de perder su trabajo.

Si bien hoy la Argentina está sumergida en un gobierno con fuertes inclinaciones progresistas y populistas, los responsables de aplicar estas políticas corren con la ventaja de contar con recursos para no caer, todavía, en una profunda crisis económica. Sin ir más lejos, Chávez acaba de ganar las elecciones en Venezuela gracias a que el barril de petróleo alcanzó un récord histórico, permitiéndole repartir dinero a mano suelta. El mismo Perón pudo hacer populismo y ganar popularidad gracias a las reservas que había heredado de gobiernos anteriores. Hasta que se le acabó la plata y tuvo que dar marcha atrás en su política económica, aunque puso reversa un poco tarde porque su gobierno ya había caída en una despiadada dictadura.

Es decir, el populismo puede subsistir mientras tiene qué repartir, dado que ignora las políticas que permiten generar riqueza. Es más, los populistas desprecian las inversiones porque generan puestos de trabajo. Y esos puestos de trabajo les quitan clientela política porque la gente puede valerse por sí misma. A los populistas les encanta que la gente sea pobre para que ellos puedan aparecer como sus benefactores. Los populistas necesitan de la pobreza para subsistir como defensores de los humildes. Si se acaba la pobreza y la miseria, los populistas se quedan sin “negocio”.

En sus 15 meses de mandato, Kirchner no se ha ocupado de incentivar el crecimiento económico vía la inversión. Toda su política económica se ha centrado en aprovechar el buen precio que tuvo la soja durante meses y en insistir que la riqueza de unos es causa de la pobreza de otros, lo que crea resentimiento entre los argentinos.

Pero el gran interrogante que se presenta hacia el futuro es si en esta oportunidad su trabajo de presidente puede correr riesgo, no ya a partir de una crisis económica, sino a partir de una crisis de desorden público y de inseguridad. Lo que estoy diciendo es que hoy la Argentina no tiene un estallido económico, pero sí tiene un estallido de desorden público y de inseguridad.

Desde el punto de vista estrictamente económico, Kirchner ha establecido un rumbo que nos está aislando del mundo. Nuestros únicos puntos de contacto con el mundo exterior parecen ser la Venezuela de un demagogo y la Cuba de un sanguinario dictador. De manera que, de continuar en este rumbo, asistiremos a una persistente decadencia económica, hasta llegar a niveles que los argentinos jamás habíamos pensado que podíamos llegar. De la misma forma que jamás pensamos que podríamos llegar al punto de pobreza, desorden y delincuencia que hoy padecemos.

Claro que, si la soja continúa bajando de precio, lo que tendrá Kirchner para repartir será cada vez menos y su política populista entrará en conflicto con su permanencia en el poder. Si, ante una fuerte caída en el precio de la soja, pretende seguir poniendo el acento en la redistribución y continuar ignorando la inversión y el crecimiento sostenido, colapsará igual que Alfonsín.

Sin embargo, en los próximos meses asistiremos a una prueba ácida fundamental para conocer cuáles son los valores que privilegia la sociedad argentina. Si en las próximas elecciones la situación económica se mantiene relativamente estable gracias a la soja y los candidatos de Kirchner ganan las elecciones, querrá decir que a la gente le importan un pepino el orden público y la seguridad siempre y cuando tenga alguna estabilidad económica, aunque sea precaria.

Por el contrario, si a pesar de una precaria estabilidad económica y algunos pesos en el bolsillo, los candidatos de Kirchner pierden las elecciones, querrá decir que la gente no está dispuesta a ser humillada y amenazada constantemente por patotas políticas disfrazadas de movimientos sociales. Y también estará diciendo que no sólo quiere tener algo de estabilidad económica sino que además desea un país en el cual sus hijos no sean presas de los delincuentes ante un Estado pasivo que sólo parece utilizar el monopolio de la fuerza para expoliar al contribuyente con más y más impuestos o para custodiar a las patotas piqueteras para que nadie los moleste en su actos de violación a los derechos individuales del resto de los ciudadanos.

Aunque no nos guste aceptarlo, la Argentina vive un creciente enfrentamiento entre sus ciudadanos. El cartonero mira con desprecio al automovilista que transita por las calles. El piquetero amenaza al ciudadano común. El gobierno incentiva el odio a todo lo que es extranjero, enfrenta a la sociedad con la policía diciendo que son gatillo fácil, insiste con reivindicar a bandas de delincuentes armados que, en los ’70, pretendieron imponer una dictadura estalinista en el país y acusa de estar vendido a intereses oscuros a todo aquél que piensa distinto. Todo esto tiene como telón de fondo un nivel de delincuencia que jamás se ha vivido.

Veremos si los argentinos, en las próximas elecciones, mayoritariamente expresan con su voto la intención de no vivir en forma indigna a cambio de unas pocas y miserables migajas que el Estado populista reparte entre los habitantes.

Del populismo demagógico no podemos esperar nada. Del resentimiento del pasado tampoco podemos pretender nada constructivo. Sólo podemos esperar que la sociedad reaccione a la humillación diaria a la que es sometida.

www.economiaparatodos.com.ar 

==========================================================

4 – Carta de lectores de la Nación

“Inseguridad”

Señor Director:

"Al leer en LA NACION la carta escrita por la señora Garnil, me sentí totalmente identificada. Pero he aquí que al rato escucho las declaraciones del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en las que responde que la carta «forma parte de una Argentina que descubre el dolor cuando le toca». Mi nivel de indignación es total.

"¿Qué sabe Fernández sobre el sufrimiento de cada familia argentina? ¿Qué sabe sobre el dolor diario que enfrenta el matrimonio Garnil en su práctica de la medicina? Para este gobierno, sólo tenemos derechos si somos piqueteros, desocupados, indigentes o si hemos sido perseguidos políticos. Pareciera que si no cuadramos en esas categorías era hora de que sufriéramos la inseguridad, los secuestros y la muerte. Nivelamos hacia el infierno.

"Para este gobierno, el tener un trabajo digno, el poseer una casa o un auto, el poder irse de vacaciones es símbolo de no entender la realidad espantosa en la que vive la otra mitad de nuestros compatriotas. Probablemente, prefieran que todos nos ubiquemos por debajo de la línea de pobreza. Pregunto yo, ¿qué sabe Fernández sobre los miles, tal vez millones de argentinos que damos nuestro tiempo y dinero para ayudar a los más pobres, para pagar sus estudios, sus remedios, sus alimentos; para acompañarlos al médico, para escucharlos, para darles apoyo escolar?

"Lo paradójico de todo esto es que el 99% de los políticos vive en la abundancia total, pero se llenan la boca hablando de los pobres y criticando al resto de los ciudadanos. Sus hijos andan con guardaespaldas o nadie se anima a tocarlos. ¡Estamos hartos! ¡No damos más!"

Verónica Diez de Tejada de Marseillan

DNI 18.234.806

==========================================================

5 – Partes principales de:

La Nación - 28 de agosto de 2004 (ver nota completa en archivo La nación de esa fecha)

“Entre lo irreparable y lo indispensable”

Por Santiago Kovadloff

Quienes reclaman seguridad no reivindican un privilegio. El derecho en cuyo reconocimiento y vigencia se empeñan lejos está de ser un desvelo de minorías. Acusa, por el contrario, con su trágico aplazamiento, una necesidad extendida y una falla decisiva del sistema político; de ese sistema que si de veras aspira a ser democrático debería dar pruebas indiscutibles de que sabe empeñarse en atenuar más y más la drástica frontera entre incluidos y excluidos.

....Pero ¿quién puede, en la Argentina de hoy, considerarse cabalmente incluido si el mismo escenario que tendría que dar inscripción a todos y a cada uno parece desdibujarse bajo los embates de contradicciones y conflictos a los que nadie, desde el Estado, sabe poner fin?

La concentración frente al Congreso del pasado jueves, convocada y encabezada por Juan Carlos Blumberg, vuelve a evidenciar la necesidad de comprender que hay en el país distintas expresiones de una misma exclusión. Quienes se nieguen a verlas como complementarias y convergentes desconocerán la índole del mal de fondo que enferma a la República y promoverán, lo quieran o no, la misma fragmentación y los mismos divisionismos que aspiran a combatir.

....  Es hora de entender que esa brecha siniestra entre ricos y pobres a la que desde el Gobierno se caracteriza como causa de la inseguridad social, esa fragmentación de intereses y la beligerancia entre sectores que la expresa, subsisten gracias al respaldo que con su inoperancia le brinda un Estado irresponsable que, arrastrado por su sed de poder, se desentiende de todo desvelo auténtico por el bien público.

Es a ese Estado inoperante, cuya salud se fortalece a medida que el ideal de la Justicia brilla por su ausencia, al que Blumberg volvió a interpelar en el anochecer del jueves.

Al reclamar Justicia, al requerir la vigencia de la ley y el restablecimiento de la seguridad, Blumberg propone que el presente se configure constitucionalmente y que se garantice la vigencia de los principios que hacen posible la convivencia. Blumberg quiere ver asegurada la recreación de un Estado enfermo de hipocresía e ineptitud, a fuerza de estar éticamente desvalido.

Del pronunciamiento se desprende que no hay para ese Estado una urgencia moral más honda que la de consumar el inconcluso proceso de transición a la vida democrática que se inició en diciembre de 1983. Y hacia esa consumación llevará un único camino: el de la imposición de la ley como garantía de la supremacía de la Justicia.

.... Fue el del jueves un encuentro sanador entre el dolor y el miedo brutalmente impuesto a cada uno de los que estaban frente al Congreso y su conmovedora transfiguración en causa cívica. Un encuentro fecundo entre lo irreparable y lo indispensable. Entre lo irremediable y la esperanza superiormente alentada por quienes buscan consuelo y redención en el retorno de la ley.

El dolor así asumido terminará de dar sus frutos cuando los familiares de todas las víctimas del horror -las de ayer y las de hoy- sepan reconocerse como expresión de un mismo padecimiento y un mismo derecho, más allá de toda bandería. Sólo entonces los que escudados en el poder demoran miserablemente la reforma del Estado caerán vencidos ante el afianzamiento de la Justicia.

==========================================================

6 – Nota de opinión política – 24 de Agosto del 2204                                            

¿Es posible la democracia en la argentina?

Por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl  

Existe una enorme variedad de definiciones que buscan acotar y definir esta palabra tan preciada en el mundo de hoy. Se la puede encarar desde una perspectiva normativa, descriptiva, tipológica, dimensional, desde la legitimidad, etc. El querer hacerlo significaría muchas páginas de lectura que seguramente fastidiarán a los lectores y no sería para un artículo periodístico como es el presente.

Tanto es así, que esta vapuleada palabra, democracia, es utilizada tanto por los gobiernos liberales occidentales, como por los gobiernos autoritarios socialistas y comunistas, en el extremo absolutamente opuesto al de los primeros.

Mi intención es simplificar el análisis del concepto utilizando una de las  acepciones más comunes. Democracia es el sistema de gobierno en donde el poder solo es legítimo si procede del pueblo y está basado en su consentimiento. Lo contrario a democracia es en consecuencia la autocracia. 

En base a esta precisión, dentro de la gran cantidad de definiciones existentes, procederemos a efectuar un rápido análisis de los problemas intrínsecos de la democracia constitucional en un país como el nuestro.

Según algunos autores existen condiciones favorables o propicias para asegurar el éxito de un régimen democrático. Una de estas es el estado de desarrollo socioeconómico. “Cuanto más bienestar económico existe en una Nación, mayores son las posibilidades que en ella se afiance la democracia”, sostiene Lipset.

Si nos atenemos a ello, podemos afirmar que cuanto mayor es el índice de riqueza media, de industrialización y urbanización y el nivel de educación media, las posibilidades que ello ocurra son más probables.

A la luz de estas afirmaciones analicemos nuestra ahora la situación de nuestro país. Más de la mitad de la población bajo el límite de pobreza, de estos cerca de un 30% de indigentes. Una situación educacional, que en el pasado fuera un verdadero orgullo; está cada vez más deteriorado y con resultados verdaderamente alarmantes a la luz de lo que se visualiza en los exámenes de ingreso a las universidades y un estado de industrialización colapsado por las erróneas políticas del gobierno que desalientan las inversiones productivas, tanto nacionales como extranjeras. Desempleo y desocupación. Una economía peligrosamente estancada.

Volviendo a la democracia, la gran virtud de esta radica que permite que cada ciudadano, pertenezca al estrato socioeconómico que pertenezca, se exprese a través del voto en los comicios, de acuerdo a sus propias y particulares necesidades y visión de futuro para sí, para su familia y para el país. Podría sintetizarse en lo siguiente: “Cada persona sabe donde realmente le aprieta el zapato”. Ello es sin ninguna duda una verdadera y positiva virtud y una cualidad distintiva de la democracia.

Pero como contracara en países como el nuestro, es también su principal factor de debilidad.

¿Por qué esta dura afirmación? Porqué en nuestro país, que muy pocos años atrás se vanagloriaba de su importante clase media; hoy los que deciden en forma mayoritaria y terminante en las elecciones son del estrato socioeconómico más bajo en  la pirámide demográfica.

Este estrato es más de la mitad del país. Es el que habíamos caracterizado en uno de los párrafos anteriores. Los ciudadanos de este segmento están preocupados y abocados básicamente en solucionar sus necesidades primarias. Precisamente las del día o de la semana siguiente. Es lógico que así sea, pues de ello depende su subsistencia y supervivencia.

Lamentablemente a consecuencia de lo prioritario de sus necesidades, son las que más fácilmente son arrastrados y engañados por la prédica demagógica de políticos irresponsables e incompetentes. Verdaderos estafadores y defraudadores de la esperanza de la gente.

Si hacemos un simple análisis de nuestro actual gobierno vemos que los que conducen las riendas del gobierno son personas sin idoneidad, sin preparación política, absolutamente divorciados y alejados de las necesidades de los que los votaron, groseramente incompetentes y si eso fuera poco, con un grado de corrupción y desparpajo realmente alarmante.

El gobierno mantiene, hasta ahora, su discutida legitimidad por su proceder populista y demagógico, absolutamente incapaz de adoptar cualquier medida que pueda ser antipopular o restarle puntos en las encuestas de opinión.

Autoridad ninguna; planes o previsiones a mediano o largo plazo ninguno; cumplimiento de compromisos contraídos, ninguno; respeto a  la Constitución o la justicia, ninguna. Gobiernan para el día siguiente, para el cortísimo plazo. Gobiernan tratando de solucionar los problemas a medida que se presentan. Adoptan soluciones improvisadas sobre la marcha.

Estas características de nuestros políticos hacen que el país en vez de avanzar, retrocede. Un estado de anomia agravada día a día, inseguridad cada vez más grave, el funcionamiento del país cada vez más atascado y los enconos, odios y descontento  entre los argentinos cada vez más exacerbado, en lo internacional casi descolgados del mundo.

¿Es ello una consecuencia de esta democracia?  Si, rotundamente si. Ocurre porque la cualidad más destacada de la democracia  es justamente en que la gente elija su propio futuro, y en nuestro país los que deciden, es el sector postergado que es el más  numeroso. 

Estos en su desesperación se aferran a promesas mágicas salvadoras y son fácil presa de los demagogos y oportunistas.

¿Hay alguna forma de evitar o anular este  talón de Aquiles, esta vulnerabilidad de la democracia?  Si, decididamente si.

A nuestro juicio un papel fundamentalísimo, lo juegan la educación y los medios. Los medios no pertenecen al segmento postergado. Están en el segmento perteneciente a la clase media que tiene oportunidad y posibilidad de poder pensar más allá del día de mañana. Si obrasen con profesionalidad y verdadera responsabilidad son los que deberían enseñarle el camino al Soberano. Son los medios los que deben ilustrar, orientar y educar políticamente al pueblo. Por otra parte la educación hace que la gente tenga herramientas adecuadas para decidir. Saber es poder. El que no sabe, difícilmente pueda tomar una decisión correcta.

Son los medios que deben cumplir su tarea de contrapoder. Son los que  deben señalar las deficiencias y equívocos de las decisiones gubernamentales y las falencias de las instituciones.

No hay democracia sin un adecuado funcionamiento de las instituciones de la República. Y en la Argentina no funcionan las instituciones.

Como conclusión, la única manera en que el pueblo elija adecuadamente a sus gobernantes y representantes es a través de una mayor educación y un mayor standard de vida.

Es la única forma en que la calidad vaya de mano con la cantidad.

¿Está nuestro país viviendo en una democracia? ¿Podemos pensar que esta situación por la que está atravesando la Argentina es la de un país democrático? ¿Están las instituciones y los dirigentes políticos funcionando en un régimen democrático?

Con certeza que no. Los que nos gobiernan actualmente surgieron de la desesperación y de la debacle de diciembre del 2001. Por ello tenemos aventureros incompetentes y corruptos que nos gobiernan…y así es como le va al país. -Patético - .   

[email protected]

///////////////////////////////////////////////////////////////////// 

[email protected]  

Nuevo horario: martes de 19 a 20h horas