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Índice de la fecha

1 - Nota de opinión política: ¿Es esto democracia?, por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl.

2 - Cartas de lectores de La Nación, por Martín Schapiro: "La Cámara sólo cumplió con su deber".

3 - Cartas de lectores de la Nación, por el Dr. Roberto Durrieu: "Apoderados".

4 - Nota de Diego García Montaño: "Los números (y la historia argentina) le dan la razón a Alfonsín".

5 - La Nueva Provincia - Otras Voces: "Rumbo argentino", por Mariano Florencio Grondona.

6 - Cartas de lectores de La Nación, por el Dr. Guillermo Lipera (Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires): "Estado de Derecho", .... una serie de medidas que prácticamente han suprimido el Estado de Derecho

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1 – Nota de opinión política

¿Es esto democracia?

por el Dr. Alfredo Raúl Weinstabl

Simplemente voy a señalar algunas preguntas, para que el lector pueda responderse a sí mismo si en la Argentina de hoy día vivimos en un sistema político democrático, que es lo que la mayoría de los argentinos anhela o si estamos en una verdadera mascarada y caricatura de ese tipo de gobierno.

-¿Es democrático un país en donde hay un 50 % de la población bajo el límite de pobreza?

-¿Es democrático un país en donde cerca de un 25% de  la población está en estado de indigencia?

-¿Es democrático un país en un donde el desempleo y la desocupación son crónicos y las posibilidades de conseguir un empleo laboral son remotas y con perspectivas negativas en el futuro cercano?

-¿Es democrático un país en donde la división de poderes que prevé la Constitución es simplemente un aspecto meramente formal, en donde se cumple la voluntad del Ejecutivo?

-¿Es democrático un país en  donde el Ejecutivo en forma grotesca impone sus propios partidarios en el máximo  tribunal de Justicia?

-¿Es democrático  un país en donde en una provincia desaparecen dineros del orden de los U$S 1.000.000 y no se aclare adecuadamente el destino y datos relacionados a esta operatoria?

-¿Es democrático un país en donde las instituciones policiales más importantes del país, la Federal y la de la provincia de Bs. As., fueron sistemáticamente desmanteladas en su estructura funcional y enormes purgas colapsaron sus cuadros orgánicos?

-¿Es democrático un país en donde el delito está en permanente y constante aumento y las autoridades no saben, no pueden o no quieren combatirlo?

-¿Es democrático un país en donde es una verdadera aventura salir a la calle por el temor de ser secuestrado o víctima de algún delito?

-¿Es democrático un país en donde los medios son sutilmente presionados e intimidados para no criticar la gestión del gobierno?

-¿Es democrático un país en donde sus Fuerzas Armadas son humilladas y privadas de un presupuesto mínimo para alcanzar los objetivos para proveer a la defensa del país?

-¿Es democrático un país en que está prácticamente en un estado de indefensión, en donde la defensa nacional no existe y en un región en donde nuestros vecinos gastan ingentes montos en adquirir armas y equipos de última generación?

-¿Es democrático un país en donde la libertad de circulación es impedida casi diariamente por manifestantes encapuchados y armados con palos que amedentran al resto de los ciudadanos, impidiendo el normal desarrollo de sus actividades?

-¿Es democrático un país en donde los políticos tienen verdaderos privilegios en las jubilaciones y haberes?

-¿Es democrático un país en donde desde el más alto cargo en el Estado, en vez de buscar la pacificación nacional - base esencial para el logro de otros objetivos - se promueve el odio, rencor, encono y venganza por hechos ocurridos hace treinta años?

-¿Es democrático un país en donde enormes cantidades de dinero son utilizados para compensar a terroristas y familiares de estos? (del orden de U$S 6.000.000.000.-)

-¿Es democrático un país en donde no existe la justicia, pilar fundamental de toda sociedad organizada?

-¿Es democrático un país en donde el centro de la ciudad, el corazón mismo de la Patria, la Plaza de Mayo o la de los Dos Congresos, parece un campo de refugiados con gente que acampa, duerme, vive, hace sus necesidades y peticiona cada vez en forma más insurreccional y revolucionaria, degradando y destruyendo el espacio público?

-¿Es democrático un país en donde los dirigentes políticos están totalmente divorciados de sus representados y adolecen de las condiciones mínimas de idoneidad y capacidad para el desempeño de sus trascendentes funciones?

-¿Es democrático un país en donde el presidente se caracteriza por su imprevisibilidad, incoherencia, falta de sentido común y sensatez, y profundo rencor, odio, y para colmo de males una falta de educación que avergüenza a la mayoría de los argentinos?

Podría seguir efectuando decenas de preguntas de este tipo. Un fracasado ex presidente dijo que   “…con la democracia, se educa, se cura y se come…” . Tuvo que renunciar a la primera magistratura, porque el gobierno se le tornaba incontrolable, al no lograr estos objetivos prioritarios.

El actual Presidente sigue por ese mismo carril, pero con un bagaje de torpezas y desatinos mucho mayor. Seguramente renunciará o se irá echado por el pueblo como su predecesor, solo que en este caso dejará un país mucho más desvastado, con las instituciones prácticamente colapsadas, descolgado del mundo y con profundas fracturas y divisiones.

Esto no es democracia. Esto no es nada. No tiene nombre ni calificativos.

Mientras tanto, el pueblo cada vez se educa, cura y come menos.

Dr. Alfredo Raúl Weinstabl

[email protected]

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2 – Cartas de lectores de La Nación, por Martín Schapiro

“La Cámara sólo cumplió con su deber”

Señor Director:

"Ciertamente, como dicen las autoridades de la colectividad judía, el fallo de la Cámara deja impune el crimen más aberrante ocurrido en la Argentina desde el retorno de la democracia.

"Sin embargo, la Cámara sólo cumplió con su deber, pues absolvió a individuos imputados mediante pruebas viciadas de ilegitimidad. Los imputados, si bien incurrían en ilícitos con frecuencia, difícilmente pasaron de la comisión de delitos comunes, lejanos a la dimensión de un atentado de estas características.

"Es de gravedad inusitada, en cambio, la imputación a un juez federal y al entonces ministro del Interior y al jefe de la SIDE por falseamiento de pruebas, ya que determina que los responsables de la investigación intentaron, deliberadamente, desviarla hacia pistas inconducentes, dejando otras de gran peso sin profundizar, además de violar todas las normas procesales.

"Como argentino y como judío, desearía que las instituciones de la colectividad dejaran de lado el apoyo que brindaron en el pasado a aquella investigación, pidieran una nueva, entablada con seriedad, y, con los elementos obtenidos por la Cámara, reclamaran contra la impunidad de los responsables políticos de tan triste desenlace."

Martín Schapiro

DNI 31.251.630

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3 – Cartas de lectores de la Nación, por el Dr. Roberto Durrieu

“Apoderados”

Señor Director:

"He podido advertir que, por equivocación o ignorancia, en diversos medios de prensa se confunde la tarea que el señor Juan Carlos Blumberg le ha encargado al Estudio Durrieu.

"Nosotros sólo somos abogados apoderados del señor Blumberg en la querella criminal que éste sigue contra los secuestradores y asesinos de su hijo Axel, la que tramita ante los tribunales federales de la ciudad de San Isidro.

"Cumplimos nuestra tarea en forma absolutamente honoraria, pues entendemos que el señor Blumberg, con toda buena fe y patriotismo, ha iniciado una acción de alto interés para toda la sociedad, tendiente a lograr que se conozca la opinión mayoritaria del país que reclama a las autoridades públicas la adopción de diversas medidas para poner fin a la ola delictiva que se sufre tanto en la provincia de Buenos Aires como en la Capital Federal.

"Por lo tanto, la expuesta es toda nuestra relación con el señor Blumberg, a quien no asesoramos en el contenido de sus peticiones a los poderes públicos."

Roberto Durrieu

DNI 4.567.603

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4 – Nota de Diego García Montaño para publicar

Además salió en cartas de lectores de La Nación

“Los números (y la historia argentina) le dan la razón a Alfonsín”

Lo manifestado por Alfonsín acerca de la posibilidad de un golpe de Estado para marzo del año próximo, ha causado un verdadero revuelo en el ambiente político argentino, pero desde el punto de vista estadístico, los números le dan la razón.

El mandato presidencial, por las razones que sean, casi nunca ha sido respetado, principalmente desde 1930 a esta parte, sin importar si fueron constitucionales o no los períodos. Vaya un ejemplo para ilustrar lo que decimos: de todos los golpes militares desde 1930 a la fecha, sólo Videla pudo terminar su mandato. O sea, hasta los golpistas, fueron a su vea “golpeados”.

Nosotros nos hemos limitado a hacer un análisis sencillo y al alcance de cualquiera, acerca de cómo concluyeron sus mandatos nuestros presidentes.

Hemos dividido nuestro estudio en dos partes: la primera abarca el período que va desde la presidencia de Urquiza (aunque técnicamente era Director) hasta Marcelo T. De Alvear (1854-1929), y la segunda desde Hipólito Yrigoyen hasta Duhalde (1930-2003), obteniendo los siguientes resultados:

Habiéndose cumplido 150 años desde que Urquiza asumiera como el primer presidente constitucional argentino, el total  es de 51 (excluido ex profeso Kirchner), lo que da un presidente cada tres años.

Este promedio parecería bastante bueno, si se piensa que la duración en el cargo actualmente es de 4 años.

El problema es que recién con la reforma del 94, se redujo de 6 a 4 años  el mandato presidencial. Entre 1854 y 1994 (140 años, excepción de la reforma de 1949/55) el presidente debía durar en el cargo 6 años.

En cuanto al primer período, que comprende 75 años, puede apreciarse que en promedio, los presidentes se sostuvieron casi 4 años y medio, y que el 70% de ellos pudo terminar su mandato, convirtiéndolos en un  verdadero logro para la vida institucional argentina.

Los casos de presidentes que no concluyeron su mandato, ya sea por muerte -causa natural- durante su gestión (4), depuestos, renunciantes o “normalizadores”,  llega al 30%.

El segundo período,  que se inicia en 1930 y  se extiende a lo largo de los últimos 74 años de nuestra historia, nos muestra un cambio drástico.

Del total de 31 presidentes, a un promedio de 1 cada dos años, sólo culminaron su mandato 5 (6,75%). Sí 5, aunque parezca mentira. Lo más llamativo es que 3 de los que lograron la hazaña de terminar, fueron peronistas -primera presidencia de Perón y las dos de Menem- los dos restantes son Agustín P. Justo en la década del 30 y Videla durante el Proceso.

Finalmente -y este es el dato más preocupante- 29 presidentes no pudieron concluir  sus mandatos, lo que representa el  93,25%, una cifra a todas luces absurda, si se pretende construir un país en serio.

Las declaraciones de Alfonsín nos motivaron a hacer este pequeño estudio, acerca de la viabilidad del gobierno de Kirchner.

Si bien diferimos en el enfoque de las causas que señala, en algo tenemos necesariamente que coincidir con el ex mandatario: de acuerdo con lo que parificamos aquí, a Kirchner las estadísticas le juegan en contra, tan en contra, que de continuar la tendencia tendría sólo un 6,75% de posibilidades de terminar su mandato. Alfonsín sabe de que habla, ya que es parte del 93,25% restante.

Presidentes

Total  51 presidentes

I) Período 1854-1929

Total Presidentes            17  (1c./4,41 años)

Concluyeron                     12  (70%)

No concluyeron               5  (30%)

II) Período 1930 –2003

Total Presidentes            34 (1c./2 años)

Concluyeron                     5 (6,75%)

No concluyeron            29 (93,25%)

Diego García Montaño- DNI 16.906915.- es abogado y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba y de la Universidad Blas Pascal en las cátedras de Derecho Internacional Público y Ciencias Políticas.

Es autor del libro ¨Responsabilidad compartida -  la sociedad civil antes y durante el proceso”, en el cual mediante una minuciosa labor documental demuestra el apoyo ostensible de la sociedad civil al gobierno del Proceso Militar, sociedad que hoy parece olvidada de su concomitancia de entonces. Muchos que adscribían  al proceso y hoy se lavan las manos, son retratados en este libro. Uno de los ejes centrales de estas páginas son las documentadas declaraciones públicas de muchísimos políticos, periodistas, escritores, juristas y demás, refrescando la memoria a muchos y demostrando que como una continuidad en nuestros días de los claroscuros de entonces , la historia de aquellos años aun no se ha escrito en forma completa.

Junto con Horacio Martínez Paz y  Raquel Consigli participa del programa “La Argentina que yo quiero…” FM VITAL  93.7 mhz. desde Córdoba los miércoles de 6 a 8 de la mañana (Internet:  www.fmvital.com.ar )

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5 – La Nueva Provincia - Bahía Blanca • República Argentina  sábado 4 de Setiembre de 2004

Otras Voces:

“Rumbo argentino”

por Mariano Florencio Grondona

¿Cuál es la condición necesaria para el progreso de un país? Que sus empresas privadas tengan éxito con un nivel de servicios o productos del primer nivel internacional.

Esta respuesta simple, aunque no obvia para todo el mundo, resulta extremadamente útil para medir las políticas de gobierno; para saber si rumbea en la dirección adecuada o no.

Apliquémosla ya a los problemas candentes de la actualidad para juzgar su utilidad.

El primero de ellos es el del desempleo. Según nuestra guía, la única cura definitiva es generar mayor empleo privado, demandado genuinamente por las empresas privadas.

El crecimiento del empleo público y los subsidios al desempleo son contradictorios, pues demandan mayores impuestos sobre las empresas privadas que no podrán, en consecuencia, contratar más mano de obra. También atentan contra la demanda laboral los altos impuestos al trabajo y, sobre todo, el trabajo en negro, que carga sobre las empresas privadas exitosas el peso de la competencia desleal. De la misma manera, son contraproducentes los altos costos de despido, aun dictados como transitorios. Lo que, en cambio, jugaría a favor de una mayor demanda laboral sería el fomento de la educación de los trabajadores, para hacerlos más calificados y mas productivos.

Un segundo tema es el costo de la política. Es obvio que, superado un mínimo indispensable para una buena administración democrática, todo gasto público en política recarga las espaldas de las empresas privadas y las vuelve no competitivas en comparación con las de otros países, en las que el costo de la política está contenido. Hay numerosos estudios que demuestran que la Argentina está claramente excedida en costo político, pero la dieta correspondiente es difícil de seguir dado el inherente conflicto de intereses institucional: los mismos políticos son los que tienen que recortar sus ingresos.

Un tercer tema es el de la estabilidad impositiva. La enorme cantidad de evasores y los gastos siempre crecientes del Estado han causado sistemáticamente cambios en las normas impositivas orientados a capturar las ganancias de las cada vez menos empresas solventes y honestas. Se exprime lo que se debería alentar, en total contradicción con el rumbo que señalamos al principio: si sube el precio de la soja o del petróleo, suben las retenciones. Si un universo limitado de personas paga el IVA o Ganancias, a ellas se les aumenta la alícuota, pues las demás no lo pagan de todas maneras. Si se pueden gravar las cuentas corrientes, allí se pone un impuesto, aunque perjudique todo el sistema financiero, que es, en definitiva, el que debiera dar crédito barato a las empresas que quisiéramos exitosas.

Un cuarto tema es el que ya comenzamos a tratar en el párrafo anterior: el del crédito. Un país que cada tantos años entra en mora con sus acreedores financieros, que dicta normas de emergencia que alteran los contratos de préstamo privados, que suspende las ejecuciones judiciales de los deudores y que hace explotar variables cambiarias, difícilmente permita a sus empresas obtener crédito barato. Y sin crédito barato, a nivel internacional, toda actividad empresarial local está en desventaja con sus competidores foráneos.

Un quinto tema es el de la infraestructura. Luego de décadas de servicios públicos ineficientes y caros, las empresas privadas empezaron a gozar de energía, gas y agua a precios y con calidades similares a las de los países desarrollados. Mas todo eso está hoy de nuevo en duda: las tarifas se dividieron por tres y se congelaron desde hace más de dos años, hay amenazas de cambios normativos perjudiciales, y se está formando Enarsa como la bolsa adonde querría este gobierno que fueran a parar las empresas privadas de hoy, una vez que se cansen de recibir palos.

En los cinco temas que vimos antes, la guía nos sirve para indicarnos el rumbo definitivo que debieran tener las políticas públicas. No creo yo, ni los lectores tampoco, que la realidad sea tan simple que nos permita seguir la guía propuesta sin dar rodeos. Pero avanzar dando rodeos es distinto a retroceder engañados.

Si observamos a los países del mundo que progresan, veremos que en todos ellos hay empresas privadas sobresalientes, no solamente en áreas donde tienen ventajas comparativas, sino también en aquellas donde la Argentina las tiene: los cueros de Italia, los alimentos suizos, los agroquímicos o fertilizantes norteamericanos, los textiles y la genética inglesa, los productos agropecuarios de Nueva Zelanda o Australia, los vinos franceses y chilenos, hacen patente el fracaso de las empresas argentinas y, por lo tanto, de la Argentina como país.

Mariano Florencio Grondona es abogado

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6 – Cartas de lectores de La Nación, por el Dr. Guillermo Lipera

“Estado de Derecho”

Señor Director:

"Tenemos el agrado de dirigirnos a usted con motivo de la carta del cónsul argentino en Nueva York, el señor Héctor Timmerman, que fue publicada en LA NACION el 14 de agosto, en la que se descalifican conceptos de la prestigiosa columnista Mary A. O´ Grady publicados en el Wall Street Journal en un artículo en la que ésta describía el progresivo deterioro del Estado de Derecho en la Argentina.

"Desafortunadamente, el Estado de Derecho ha sido debilitado por los diversos gobiernos que se han sucedido en las últimas décadas. Sin embargo, la situación se ha deteriorado aceleradamente desde enero del 2002, cuando, primero, el gobierno del presidente Duhalde, y luego el actual gobierno, tomaron y promovieron a través del Congreso una serie de medidas que prácticamente han suprimido el Estado de Derecho. Esto ha ocurrido a través de un conjunto de normas dictadas por el Poder Ejecutivo y el Congreso que congelaron los depósitos bancarios, pesificaron a tipos de cambio artificiales y confiscatorios los depósitos bancarios, las obligaciones contractuales y cobranzas que habían sido originalmente pactados en dólares estadounidenses, interfirieron de todas formas posibles en los contratos entre privados y repudiaron no sólo la deuda pública sino también toda clase de concesiones, licencias y contratos firmados por el Estado, etcétera.

"Todo ello fue realizado invocando la existencia de una situación de emergencia en la Argentina, sin reparar que estas medidas sólo han agravado las dificultades económicas al «derramar» sobre el sector privado y la ciudadanía en general las consecuencias del default del Estado, desincentivando la inversión privada y creando una seria crisis energética como consecuencia de haber congelado los precios de la electricidad y del gas.

"Más aún, el Poder Ejecutivo promovió, guiado por motivaciones políticas, la realización de juicios políticos para remover a diversos miembros de la Corte Suprema, con lo que afectó la independencia del Poder Judicial. No se formularon imputaciones por corrupción ni otras similares, y las únicas razones invocadas para su remoción fueron discrepancias jurídicas con el contenido de sus sentencias.

"Finalmente, pero no por ello menos grave, en base a una equivocada política en materia de seguridad pública, el Gobierno ha resignado su deber fundamental de preservar el orden público y proteger a sus ciudadanos. Piquetes violentos, obstrucción de calles y rutas, ataques a edificios públicos, ocupación de empresas privadas y secuestros diarios, han pasado tristemente a formar parte de la vida de los argentinos como consecuencia de una abierta política gubernamental de mantenerse pasivo frente a estas acciones.

"Tenemos la esperanza de que expresiones francas como las de la señora O´Grady, ayudarán a la Argentina a comprender que estas políticas no conducen a una sociedad moderna, civilizada y pacífica."

Guillermo Lipera

Secretario

Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires

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