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Se llevará a cabo en los salones de Casa Vinelli el miércoles 19 de mayo a las 19 horas (Hipólito Irigoyen 710). Acompañarán al autor en la presentación los Dres. Vicente Massot , Florencio Varela y la Srta. Karina Mujica

A los muertos, nuestros muertos

 

A 25 años de finalizada la guerra cruenta y salvaje de la década del 70, nos ha quedado el triste saldo de muertos de las fuerzas legales y terroristas; de pacíficos y violentos; de hombres y mujeres; de derechistas e izquierdistas; de inocentes y culpables; de buenos y malos; de ancianos y niños, de ricos y pobres. Ellos tenían un denominador común: eran todos argentinos. Ellos son los muertos, nuestros muertos.

 

Transcurrido este lapso, ya es hora de deponer la práctica ruin de sacar ventaja de los caídos, basada fundamentalmente en el homenaje a unos y en el regocijo por la muerte de "los otros". La Patria imperiosamente necesita una conciliación. El eterno rencor a nada conduce, solo a tener vivo el odio y a fomentar que estas cosas vuelvan a suceder.

 

Pero para la tan ansiada como nunca concretada reconciliación definitiva, es menester primeramente alcanzar una verdad superadora y supra ideológica. Para tal fin, es necesario dar a conocer la verdad en toda su extensión, que es la única verdad posible. Es sabido que quien dice la verdad a medias, miente dos veces.

 

A Nuestros muertos, va dedicada la obra presente.

 

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Desde su asunción a las responsabilidades del ejercicio del Poder Ejecutivo Nacional, el señor Néstor Kirchner a cometido una serie de irresponsables acciones de revisión del pasado, agresiones verbales y olímpicos desprecios rayanos con la falta de educación, granjeándose la justa indignación - por decir lo menos - de todos los niveles de las FFAA, en actividad o retiro, indistintamente.

Luego de la conmoción por el criticado discurso del 3 de marzo del Jefe de la Armada, un nuevo pico de tensión fue alcanzado el 24 de marzo con la humillante ceremonia en el Colegio Militar al descolgarse los retratos de dos ex Directores y el patético circo vengativo presidido por Kirchner en la Escuela de Mecánica de la Armada, junto con las tropelías y afrentas contra los símbolos nacionales cometidas por parte del público allí llevado como barra brava.

Ahora se han vuelto a agitar nuevamente las instituciones militares y, para peor, algo inentendible ante el clima ya imperante, esta vez por acciones nacidas aparentemente en el seno de las mismas conducciones de las fuerzas. Quizás su propósito fue una suerte de cura en salud para evitar posibles nuevas humillaciones futuras dispuestas desde el gobierno, pero si esa fue la idea se apreció muy mal la realidad y se sumaron tensiones. Porque la disciplina militar, esencial para el bien del servicio de defensa de la Nación, jamás ha implicado la sumisión ante ofensas ordenadas consumar por parte de los poderes de turno y mucho menos el permitir politizar personas y hechos militares ajenos a la política partidaria. Jamás el mando militar ha incluido el abuso humillador y ello incluye al mando que ejerce el Presidente de la Nación como Cte. en Jefe; los reglamentos nacidos de leyes del Congreso son claros al respecto y prevén las acciones para asegurarlo.

Según se sabe parcialmente por los medios de prensa, se ha retirado el retrato del Alte. Emilio Massera como ex Comandante en Jefe, ubicado en el piso 13 del Edificio Libertad y también otro suyo como ex Comandante de la Flota de Mar (1973) en el pasillo principal de la sede de ese Comando en la Base Naval de Puerto Belgrano, desde donde se recuerda a todos sus ex comandantes; sabemos por fuentes confiables que en algunas guarniciones del Ejército también se habrían retirado los retratos de ex Comandantes de Cuerpos que luego alcanzaron altas responsabilidades de gobierno durante las acciones de combate contra el terrorismo, pese a las objeciones al respecto de muchos oficiales en esos lugares destinados.

Es de destacar que tanto en la Marina de Guerra como en nuestro Ejército, en todos los lugares donde se recuerdan a ex jefes de unidades hay no pocos participantes de distintos bandos enfrentados de nuestras históricas y hasta cruentas crisis, no por ello han sido jamás descolgados, ni siquiera se osó pensar algo semejante.

Sabíamos de extremos como la quema de libros por diferencias políticas, ahora en esta nueva crisis argentina se descuelgan cuadros, una nueva forma de indignidad inaceptable. Quizás se estén copiando los últimos años de la ex URSS, cuando al compás de los vaivenes políticos subían y bajaban retratos y bustos, hasta cambiándose los contenidos de los libros de historia.

La historia del mundo y también la nuestra como nación, enseña que ella puede ser cruel en sus giros con los responsables de acciones semejantes.

Tratamos nosotros en lo posible de no agitar aun más las internas de nuestras agredidas FFAA, instituciones que son patrimonio de todos los ciudadanos argentinos, pero de forma alguna podemos ignorar esta clase de episodios a la hora de publicar y mucho menos dejar de expresar nuestro total repudio.

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"Exégesis de la ambigüedad argentina"

 

por Gabriela Pousa

Argentina es ambigua: pretende un mañana mirando permanentemente el ayer. Se mueve como una suerte de montaña rusa. Así como alcanza alturas máximas, retrocede con denodada velocidad y excesivo vértigo. El mareo en consecuencia, torna confuso cualquier intento por dilucidar qué pasa, dónde se está y qué es lo "normal". Tanto la cima como el abismo pueden resultar tan eternos como furtivos. Es un país capaz de desafiar el tiempo con calendarios propios, inéditos, adaptados -si se quiere- a ultranza de sus políticos.

Siempre dando vueltas. Se va dibujando el círculo vicioso en el que la política no halla salida para una crisis coyuntural que parece haber devenido paradójicamente, a perpetuidad. Véase que uno o dos años atrás, la proclama del pueblo exigía una renovación total de la dirigencia. Hoy, la realidad muestra que nadie ha hecho caso. Figuritas repetidas y quizá algún insignificante cambio en la escenografía. Nada más.

Por momentos, asoma un Presidente similar a Rodríguez de Francia, ese mandatario paraguayo detallado por la pluma maestra de Roa Bastos en "Yo, el Supremo". Al unísono, como si estuviese embebido en un azar entreverado, es el mismísimo jefe de Estado quien adopta una postura opuesta: debilitado, sin plan para definir una gestión de gobierno concreta, escondido en falsas trincheras.

Así, Argentina sigue a la deriva sin hallar parámetros válidos, enfilar velas y mancomunar esfuerzos en pro de alcanzar un rumbo sin obstáculos. Un barco de zozobra, librado a la suerte del gobierno de turno que manipula reglas arbitrariamente. De ese modo nunca se logra estipular una normativa clara y precisa. Ante el mundo, el país carece de garantías: tan pronto puede amanecer en el paraíso como quedar hundido en el infierno de la desidia.

Las inversiones necesarias para un crecimiento sustentable se vuelven utopías. Ante un informe de la ONU que da cuenta de la ausencia de Argentina en las expectativas de inversores y capitalistas, ni el asombro parece ser detonante de alguna reacción capaz de enmendar aquello que aleja del planisferio. El mundo podrá ser o no ancho, pero para nosotros es ajeno…

El Ejecutivo se halla en una suerte de amor-odio, ligado al Poder Judicial y al Legislativo. No hay autonomía de acción. Se ha venido violando desde hace muchos años el principio básico de la independencia de poderes, razón por la cual la democracia parece ser más discursiva que evidente. La institucionalidad debe erigirse como premisa fundamental para lograr ser una Nación civilizada.

"No hay más que infinidad de repetidores, sólo se inventan nuevos errores. La memoria no recuerda el miedo, se ha transformado en miedo ella misma" No hay planificación empírica ni muestras fácticas de una gobernabilidad coherente entre lo que se quiere y se puede. La dirigencia política acalla respuestas evitando incluso satisfacer la duda: ¿Por qué tanta quimera? Si no hay voces que expliquen las causas menos podrán entenderse las consecuencias.

De ronda en ronda se suceden teorías que no forman teorema. Como estrategia repetida, los medios de comunicación, los periodistas vuelven a ser protagonistas. Los suben al banquillo de los acusados, son el leitmotiv de todos los males que aquejan. Se apunta al mensajero. Pero la carta que llega tiene, paradójicamente, el mismo nombre de remito en el destinatario. Se explica de esta manera, el círculo vicioso creado por el autismo de una dirigencia que, finalmente, acomoda leyes a conveniencia.

Subidos a este carrusel que marea peligrosamente, los nombres del hoy son extractos del pasado. Vuelve a escucharse sobre las dictaduras, reaparecen personajes míticos y el ayer se acentúa desdibujando el presente y complicando la posibilidad de futuro. En la nostalgia de lo que fue, todo parece volver a ser pero no es…

Esta dialéctica genera un estado de incomprensión donde hasta la reacción de la ciudadanía parece ambigua.

Mientras, siguen los reclamos de los acreedores extranjeros, colapsan los servicios públicos y la inseguridad alcanza parámetros inauditos. El mismo entorno presidencial se contradice, algunos apuntan a la derecha, otros a la izquierda. Y ni siquiera saben donde quedan… No hay punto cardinal que unifique y es sabido que la escisión es contraproducente para una administración coherente.

La realidad sin eufemismos le muestra a Néstor Kirchner que el tiempo se acorta. Una movilización espontánea de la ciudadanía reclamando Justicia y seguridad modifican la agenda presidencial. La disociación entre el Gobierno y las demandas perentorias de la gente es cada vez mayor. Esa grieta deja espacio para que se tejan mil y una conspiraciones sin asidero. Pero nadie que no sea ella misma, atenta contra Argentina. Posiblemente, lo que está fallando sea la autoestima política pero eso no amerita se juzgue de capciosos a otros organismos. ¡Nadie puede desequilibrarse lo que no estaba ni está en equilibrio!

La Argentina es una carta de intenciones modificada constantemente por la posdata. La sociedad no contempla más margen de error. Se ha dicho basta a la demagogia. No pueden las víctimas del desgobierno seguir esperando desde las sepulturas ni sus deudos desde la angustia otro tipo de condolencia que no sea Justicia, sin excusas. Es hora de unificar esfuerzos. La comunión de partes conforma el todo. Pero, cuidado: el todo dista considerablemente de ser la generalización peligrosa que mete a unos y otros en la misma bolsa. Generalizar ha demostrado con creces ser un verbo negligente. "Todos" no vamos para el mismo lado pero la diferencia de rumbos no impide se pueda llegar a idéntico punto.

Cuando se habla de dividir para gobernar se refiere a evitar la ambición desmedida atendiendo la sentencia de Acton: "El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente". Las etiquetas ideológicas ya son obsoletas. De seguir en el empecinamiento etiquetando izquierdas o derechas con el sólo fin de echar culpas afuera, Argentina corre el riesgo de eternizarse en disyuntivas arcaicas resucitando viejos dilemas. En este trance es como si se estuviera girando otra vez entre unitarios o federales, civilización o barbarie, civiles o militares, antinomias todas que otrora, se han pagado con sangre.

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En ESTRELLA ROJA, uno de los órganos oficiales del ERP, de fecha 13 de enero de 1975, se detalla el acto de entrega de condecoraciones con que el 15 de diciembre de 1974 (durante un gobierno constitucional), la banda terrorista distinguió a quienes habían asesinado al Capitán Viola y a su hijita de tres años, dejando en coma a la segunda de sus hijas que acompañaba a su padre en la luctuosa ocasión.

La ceremonia que detalla la nota titulada "ENTREGA DE GRADOS EN EL MONTE", fue presidida por el BURO del PRT, al que pertenecía Arnold Kremer quien bajo el seudónimo Luis Mattini formaba parte de la cúpula del ERP, luego de haber realizado una exitosa carrera delictiva que lo ubico en las más altas jerarquías de esa organización terrorista marxista.

Hasta aquí esto que parecería un relato histórico no llamaría la atención de nadie excepto que conozca que el mencionado Kremer revista y cobra puntualmente desde la asunción de este gobierno en la ´Defensoría del Pueblo de la Nación´.

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"Torpeza tras torpeza"

Un simplificado ejemplo del capitalismo…y que es lo que no hay que hacer

A continuación daremos un ejemplo muy simplificado y elemental del funcionamiento del sistema capitalista:

Un inversor privado decide proporcionar el capital necesario para montar una empresa para recibir una determinada rentabilidad. Si la rentabilidad no es la esperada retira su capital y lo invierte en otro proyecto o en otro lugar. Si recibe la rentabilidad esperada, tiene dos opciones: o retirar la rentabilidad para destinarla a otro proyecto u otro fin, o volver a reinvertir ese capital en la misma empresa para tener de esa manera una rentabilidad mayor.

Si alguien le pone restricciones a la rentabilidad seguramente el inversor no volverá a invertir.

Este muy simplificado ejemplo es lo que está pasando actualmente en la Argentina. El gobierno en forma unilateral vulneró los contratos existentes con las empresas privatizadas (en realidad no solo con esas, sino con todas). El primer gran incumplimiento del Estado fue que la rentabilidad estaba asegurada en un peso equivalente a un dólar estadounidense y que como todos sabemos se cambió violentamente el tipo de cambio.

Las empresas buscaron compensar esa enorme pérdida con aumentos en las tarifas de los servicios públicos. El gobierno desde el primer día dijo, demagógicamente, que bajo ningún concepto habría aumentos en estos rubros.

Cualquier persona medianamente ilustrada sabía que esa situación no resistía ningún análisis. Si no había aumento en las tarifas era de esperar que las empresas no volverían a reinvertir en algún emprendimiento que no diese la rentabilidad esperada.

Tanto es así que el ingenuo del Vicepresidente tuvo, en los primeros meses de gobierno, un serio disgusto con el Presidente por manifestar públicamente lo que todos sabían.

El engaño y la mentira suelen tener patas cortas. El gobierno ahora abrumado por la realidad que se perfilaba desde hace mucho tiempo, busca solucionar su imperdonable negligencia disponiendo un enorme aumento que en algunos casos llega al 50% para buscar un menor consumo de gas y energía eléctrica.

Esta disminución de gas y electricidad afectará también la industria y nos vuelve a mostrar como un país impredecible al no cumplir los contratos con Chile.

La demagogia y el populismo del gobierno vuelven a manifestarse esta vez con un gran perjuicio para el país.

¿Hasta cuando seguiremos con estas incalificables torpezas? ¿Hasta cuando esta gente improvisada, sin idoneidad y sin el menor sentido común, o sensatez, seguirá manipulando la opinión pública para afirmar su falsa y engañosa legitimidad?

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Versión completa, ver en: http://www.lanacion.com.ar , archivo del 3/5/2004

Opinión: "Certezas ficticias de la economía nacional"

por James Neilson

* Cuando de prever la evolución futura de las economías se trata, una tarotista resultaría ser tan confiable como cualquier equipo de especialistas por asombrosas que fueren sus computadoras y plausibles sus modelos teóricos. Por una multitud de razones, es imposible prever con exactitud matemática las vicisitudes próximas de las distintas economías nacionales, sectores, empresas o personas, pero los especialistas se sienten obligados a producir vaticinios numéricos para un mundo sediento de certezas.

* Ya que hasta las instituciones más prestigiosas del planeta no pueden sino equivocarse una y otra vez, a los políticos locales les ha sido gratamente fácil convencerse de que en verdad los pobres idiotas no entienden nada y que, por lo tanto, sus consejos son inútiles.

* Es esta la actitud de ciertos miembros del Gobierno. Orgullosos de un rebote espléndido que atribuyen, como es natural, a su propia sabiduría. ¿Por qué preocuparse si el crecimiento argentino es una de las maravillas del mundo?

* Suponer que el presente se prolongará por siglos es normal pero hasta en la Argentina es engañoso: los grandes cambios siempre resultan sorpresivos.

* De no haber sido por el empeoramiento abrupto del clima internacional que frenó el ingreso de capitales a mediados de los años noventa, el uno a uno podría haberse mantenido.

* Asimismo, de haberse sabido a comienzos de 2001 que muy pronto el dólar se devaluaría frente al euro, que la soja se haría tan valiosa como el petróleo y que se reanudarían las inversiones hacia los países llamados emergentes, el pesimismo que fue provocado por un panorama en aquel momento desolador no hubiera sido tan extremo y la clase política local no se hubiera sentido constreñida a facilitar la defenestración de un gobierno cuya legitimidad era indiscutible.

* Puede que por ahora le haya convenido al Gobierno desperdiciar oportunidades que acaso sean pasajeras para reducir la vulnerabilidad del país frente a los peligros que con toda seguridad le están esperando. Pero si la experiencia reciente nos ha enseñado algo, es que una tormenta puede estallar siempre en cualquier momento.

* Es ésa una buena razón por la que nunca es bueno entregarse a lo que una vez Alan Greenspan calificó de exuberancia irracional. Dicho de otra manera: un mal que en el caso argentino ha tomado la forma de la propensión de casi todos a minimizar la importancia de los perjuicios ocasionados por el default y por la transformación de contratos en papel mojado.

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"Prensa Independiente" lo hacemos entre todos, no es obra para pocos y somos muchos los miembros de la mayoría silenciosa argentina, ciudadanos con buena memoria histórica y que miramos el presente con ambos ojos, sosteniendo firmemente nuestras ideas republicanas y respetando las ajenas.

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