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Índice de la fecha

1 -  Predio de la ESMA - “Palabras pronunciadas por el Dr. Florencio Varela” en el acto de protesta celebrado el día 28 de octubre.

2 - Cartas de lectores: “Cabo Primero de la Armada Juan Contreras, uno de los tantos héroes olvidados”, por José Aníbal Borzi, Cabo Principal Furriel (r).

3 - Cartas de lectores: “Un chiste”, por Guillermo H. Dotto.

4 - Opiniones políticas: “La elección norteamericana”, por Guillermo Lascano Quintana.

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1 – Reunión  cívica en las veredas de la Escuela de Mecánica de la Armada Argentina

Un llamado a la verdad histórica, la sensatez y la superación de los odios del pasado

“Palabras pronunciadas por el Dr. Florencio Varela

en el acto de protesta celebrado el día 28 de octubre”

Debo confesar que cuando fui invitado a participar de este acto tuve que superar la sorpresa por lo inesperado e inmediatamente sentí el peso por una responsabilidad que la advertía muy pesada, dudando poder corresponder a semejante acto de confianza. También debo confesar que en estos dos últimos días no me dedique a otra cosa que a revisar mis papeles, que me trajeron de la memoria distintas experiencias de una vida que no es corta, para extraer de ellos el mensaje ajustado al sentir de personas que vienen abrevando en la misma fuente su fastidio, la sensación de injusticia y su desesperación por una Patria que, como dicen en términos náuticos, viene haciendo agua desde hace tantos años.

Decidí no de apelar a los extremos de la confrontación en modo alguno. He buscado aquellos aspectos que estimo deben ser tenidos en cuenta para encontrar la convergencia. No la reconciliación deseada sino la convergencia posible. He buscado también en personalidades y en ejemplos ajenos a la Patria el pensamiento a transmitir para que no ofreciera flancos y ser calificado de interesados.

Cuando reflexioné que de lo que se trataba era la suerte de un centro educativo, me di cuenta que tenia que tratar de enlazar dos circunstancias que eran nada más y nada menos lo que es el Estado y sus fines; cuales son los condicionamientos a los que esta sometido el funcionamiento de una Republica y de la Democracia y cual era la relación que con todo ello tenía la educación.

Entre mis ancestros se encuentra José Pedro Varela, el reformador de la educación uruguaya. Cuando Sarmiento volvió a la Argentina para asumir la Presidencia, viajaron juntos. Comulgaban las mismas ideas y de su ideario, rescate cinco sentencias que no quise memorizar para no correr el riesgo de desvirtuarlas y por ello las leeré. Son sentencias compartidas, que el gran sanjuanino con otras palabras también las expuso a lo largo de su vida:

·        La igualdad de los hombres importa la igualdad de los derechos.

·        El pueblo es la nación.

·        El gobierno de todos, para todos.

·        Es la unidad la que delega la soberanía.

·        No habrá república, ni democracia, ni nación mientras no se eduque al pueblo.

Hoy nos encontramos ante una triste situación. Es un clásico común escuchar que cuando se abre una escuela se cierra una cárcel, resultando por ello incomprensible que se puedan afectar en su funcionamiento o que se cierren establecimientos educativos.

Para poder entendernos respecto al objetivo perseguido dentro del ámbito de la civilidad y de la razón, recurrí al gran ginebrino Rousseau arrancando con su juego de preguntas y respuestas. ¿Qué es lo que hace que el Estado sea uno?. La unión de sus miembros. ¿Y de donde nace la unión de sus miembros? De la obligación que les une. El establecimiento del Contrato Social es un pacto por el cual cada uno se compromete con todos y ante todos, de donde nace el compromiso recíproco de todos hacia cada uno que es el objeto inmediato de la unión.

La voluntad general es, pues, el orden, la regla suprema. Esta regla general personificada es el Soberano. La Soberanía es indivisible, inalienable y reside esencialmente en todos los miembros del cuerpo. Pero como obra este ser abstracto y colectivo? Obra por Leyes. Y que es una Ley? Es una declaración pública y solemne de la voluntad general sobre un objeto de interés común.

La voluntad es general cuando quiere el bien común y a él se pospone el interés particular. Es particular cuando su interés lo es y a él supedita el bien de la comunidad. El Estado no subsiste por las leyes sino por el Poder Legislativo. La Soberanía no puede ser representada por la misma razón por la que no puede ser enajenada; consiste esencialmente en la voluntad genera, y la voluntad no se representa; es la misma o es otra;  no hay término medio. El Soberano, que no es mas que un ser colectivo, no puede estar representado mas que por él mismo.

El Poder Soberano ha sido ordenado y regulado por la Constitución Nacional nacida en la Convención Constituyente de 1853, la cual para su ejercicio instituyo mandatarios que integraron los tres poderes del Estado. ¿Que es lo que nos ha pasado? Nuestros mandatarios se han equivocado. Primero por creer que detentan la soberanía. En segundo lugar por no respetar la legalidad. La legalidad de la Constitución Nacional por parte del Presidente de la Nación y la legalidad exigida por la Constitución de la Ciudad por parte de su Jefe.

¿De donde proviene todo esto? De una distorsión del concepto de gobernante. Nosotros somos el Soberano. Quienes a nuestras espaldas están pasando de regreso a sus casas son el Soberano. La conjunción de las mayorías y las minorías es el Soberano. Esto ha sido desconocido. El Gobierno no es propiedad de los mandatarios.

Cuando en un acto, que destacaría por su irreflexión, se adoptaron actitudes y tomaron disposiciones en relación al predio cuya preservación nos convoca, no privó la razón y lo actuado no hace ni contribuye al interés común ni al bienestar general. No voy a marcar cuales son las deficiencias legales, pero no puedo callar el grueso error del Presidente de la Nación al disponer del uso y enajenación de un inmueble de propiedad nacional pues conforme lo mandado por la Constitución Nacional ello es una atribución exclusiva del Congreso de la Nación. El solamente pudo haber suscripto el convenio con el Jefe del gobierno de la Ciudad a referéndum del Congreso de la Nación.

Por su parte el otro gobernante ha desconocido la Constitución de la Ciudad constituyendo una paradoja el hecho que ella tiene un capitulo donde se refiere a los jóvenes y entre los derechos que les reconoce, expresamente es el de sean escuchados. Los jóvenes que se están formando en estos institutos educativos no han sido escuchados. La misma Constitución de la Ciudad impone la obligación de las Audiencias Publicas cuando se trata de determinados temas. No se hizo. Exige mayorías específicas. Tampoco se hizo. Con ninguna de las dos leyes, tanto la 391 del año 2000, recuerden ustedes quienes gobernaban en ese tiempo, como con la posterior ratificatoria del convenio celebrado el día 24 de Marzo, se cumplió con las mencionadas exigencias constitucionales.

De hecho se ha actuado a espaldas del Pueblo y así no se puede gobernar porque ello no es propio de los mandatarios en una república.

Podría referirme a episodios que integran la tragedia de nuestro país ocurridos en los años 70. No quiero reavivar rescoldos. Solamente deseo contribuir en base a esta representación que de hecho se me ha dado, para que el Presidente de la Nación recapacite sobre los pasos dados porque su responsabilidad es gobernar para todos y no solo para algunos. Este es un acto cívico, como fue presentado. Ordenado. Pretendemos discutir razones. No queremos aceptar órdenes de quienes no están autorizados para impartirlas y de hecho se han conferido ese poder.

Para facilitar el entendimiento de lo que ha pasado en el país, he apelado a testimonios que en modo alguno se puede decir que son interesados. Son tres los que voy a reproducir.

El primero de ellos les va a sorprender. El 18 de Febrero del año 1981 en el Diario ´El País´ de Madrid, se publicó el texto de una conferencia dada en la Universidad de Morón por Ernesto Sábato cuando le fue conferida la toga dorada. Comenzó distinguiendo la rebelión armada necesaria como la ocurrida en 1810 de la del terrorismo que llega hasta la muerte de niños inocentes. Condenó a las Brigadas Rojas, el Muro de Berlín y al genocidio del pueblo vietnamita por Ho Chi Minh, afirmando que la izquierda totalitaria siempre terminaba de la misma manera en Rusia, Vietnam, Camboya o Cuba. Dijo que los intelectuales de esa izquierda totalitaria no dicen una palabra sobre ello pues distinguen dos clases de violaciones de los derechos humanos: las malas cuando son cometidas por sus enemigos y las benefactoras cuando las cometen los países que admiran. Continuó afirmando que la defensa de los Derechos Humanos tiene un valor ético absoluto y su violación no puede justificarse en ningún caso pues se abren las puertas del horror. Enfatizo que los ideales, entre ello los democráticos, se degradan cuando descienden del mundo platónico a la realidad y precisamente dijo - les pido que graben esto –que: “a finales de 1975 y comienzos de 1976 (las FF.AA no habían asumido ninguna responsabilidad política entonces pues un Gobierno Constitucional era el que regía los destinos de la Republica) la democracia argentina alcanzó uno de esos despreciables momentos por una desdichada conjunción de demagogia e irresponsabilidad, de podredumbre y terrorismo, no solo de la izquierda sino de la Triple A, comandada por la eminencia gris del gobierno peronista. La inmensa mayoría de la Nación sintió entonces la necesidad de un providencial recurso que nos rescatase sin quebrar la legalidad pues temíamos el advenimiento de un orden basado en el terror. Por desgracia, los mejores elementos del peronismo fueron impotentes, y los partidos fracasaron en lograr una salida institucional mediante la transferencia del poder político. Así se produjo el golpe de estado y la consumación de hechos trágicos que todos, sin excepción, debemos lamentar en un acto de contrición colectivo, ya que todos somos responsables de una manera o de otra, en mayor o en menor medida. Y nadie, absolutamente nadie, puede enorgullecerse de lo sucedido, sobre todo si es Cristiano”. No podrá decirse que he recurrido a un testimonio interesado ya que proviene de alguien que ha estado en la vereda de enfrente a la que se encontraban las Fuerzas Armadas.

Cuando hace muy poco tiempo un joven argentino, Nicolás Márquez que hoy nos acompaña, concluía un libro cuya importancia va creciendo con el tiempo, me llamó y me dijo: el libro esta terminado pero quiero incorporar un último agregado. Lo voy a leer: “A los muertos, nuestros muertos. A 25 años de finalizada la guerra cruenta y salvaje de la década del 70 nos ha quedado el triste saldo de muertos de las fuerzas legales y terroristas, de pacíficos y violentos,  de hombres y mujeres, de derechistas e izquierdistas, de inocentes y culpables, de buenos y malos, de ancianos y niños,  de ricos y pobres. Ellos tenían un denominador común: eran todos argentinos. Ellos son los muertos. Nuestros muertos. Transcurrido este lapso ya es hora de deponer la practica ruin de sacar ventaja de los caídos basada fundamentalmente en el homenaje a algunos y en el regocijo por la muerte de los otros. La Patria imperiosamente necesita una reconciliación. El eterno rencor a nada conduce. Solo a mantener vivo el odio y a fomentar que estas cosas vuelvan a suceder”.

En relación a este libro, cuando vencidas mis resistencias ya estaba escribiendo el prologo, recibí el testimonio de un ex combatiente montonero. Lo incorpore. Hoy rescato una parte de lo que este cuadro montonero decía: “Lo primero que tenemos que hallar es la capacidad de reconocernos en el otro porque de esa capacidad devendrá la política, única instancia resolutiva de estos dos siglos de continuos desencuentros. Si comenzamos a reconocerlo comenzaremos a dejar de lado atavismos que a lo único que nos llevan es a estériles enfrentamientos que nos desgastan y nos despotencian antes un mundo globalizado que se fagocita diariamente en nuestra entidad como Nación. Estamos en una inflexión de la historia y podemos caer en reiterados enfrentamientos y producir heridas tan profundas como las que arrastramos de los 70 que son una llaga abierta que muchos, combatientes de un lado y del otro, queremos cerrar y que duele tanto porque aún esta fresca y resuena la voz de nuestro amigo y compañero de causa desaparecido y porque aún tintinea la risa del Teniente de la otra esquina muerto por el hecho de ser militar”.

Cuando recibí todo esto y en conversaciones que con posterioridad tuve con militares y ex militantes montoneros, he advertido que al margen del camino elegido para hacer realidad sus ideales, tuvieron el coraje de enfrentar las adversidades hasta la muerte y terminado o concluido el enfrentamiento, reconocer los errores. Hace pocos días hemos escuchado a una figura política como Patricia Bullrich, hacer referencia concreta a sus errores de los 18 años. Todos tuvimos 18 años. Todos cometimos errores pero ninguno de los que realmente combatieron pretenden ni quieren sacar partido de la sangre, del dolor y las lágrimas generadas por los muertos. Son todos los muertos los primeros que tenemos que aprender a respetar.

Nuestro mandatario Presidente de la Nación ha cometido un error. No ha sabido interpretar cual es el sentir del Pueblo o sea el sentir del Soberano. A título personal él puede adherir a cualquier ideología que nosotros no compartamos, pero por ser el Presidente de todos no puede determinar sus actos por ella sino que solo debe guiarse por el interés general y el bien común.

A quienes están relacionados con las distintas escuelas del polo educativo y en particular al grupo de madres de cadetes del Liceo Naval, que han llevado adelante una lucha titánica, les vaticino que, ojalá no sea necesario y que la cordura prime para evitarlo, la vía judicial ofrece muy buenas perspectivas para restablecer el derecho desconocido. Creo en la Justicia.

Y también quiero destacar, porque esto no se nos debe escapar, que los Directores de los Institutos y los cadetes de ellos, están subordinados al Comandante en Jefe de las FF.AA que es el Presidente de la Nación. Ellos no pueden peticionar por si. Por eso estamos todos acá en ejercicio de un mandato tácito que no deviene de la Patria Potestad porque no son chicos. Son jóvenes. Los jóvenes tienen capacidad para entender y para asumir responsabilidades.

Tengo que explicar por qué no he traído el testimonio de ningún militar a pesar de haberlos recibido. Conozco su pensar sobre la persecución de la que son víctimas  las FF.AA. y de seguridad pero guardan silencio dado que están subordinados a un orden y a una disciplina que les indica que deben acatar las órdenes de su comandante. Esta es la mayor prueba del civismo de las FF.AA. Cuando el Comandante en Jefe Presidente de la Nación impartió órdenes que las sintieron agraviantes, y me consta, las cumplieron con lealtad respetando la ley.

Más allá que se esté o no de acuerdo por la forma en que las Fuerzas Armadas combatieron, lo cierto es que ellas  con todos sus hombres en actividad y en retiro, cargaron sobre sus hombres el cumplimiento de la orden impartida por el Gobierno Constitucional en el año 1975 al ser convocadas a la guerra contra el terrorismo cuando se habían agotado todas las instancias de la civilidad.

Si hay alguien que sabe cual es el flagelo, la importancia y la perversidad de la guerra, son lo militares. Se lo advirtieron al Gobierno. En la Reunión de Gabinete de Octubre del año 75 los Comandantes Militares por boca del Comandante del Ejercito General Videla informaron con lujo de detalles cuales eran las opciones que indicaba la doctrina militar, sabiendo que esos procedimientos eran absolutamente ilegales en tiempos normales.  Lo supieron los Comandantes Militares y lo supieron los políticos, no solamente los que estaban en el Gobierno sino que lo conoció absolutamente todo el espectro político.

La ingenuidad de los militares estuvo en no haber obtenido un reaseguro de que estas responsabilidades iban a ser compartidas con la clase política como realmente prometieron. Terminada la guerra, los políticos negaron y borraron con el codo lo que escribieron con la mano.

El Presidente Alfonsín cuando dictó el Decreto 158 llevando ante la Justicia a los Comandantes que habían conducido la guerra, arbitrariamente impuso la fecha del 24 de Marzo, cuando señores, acabo de leer por boca del propio Sábato cual era el panorama del país en el año 75 y los primeros meses de año 76. La primera orden de operaciones que imparte el Consejo de Defensa es del año 1975. No se cambió ninguna disposición después del 24 de Marzo, Esto no es para regodearse ni para alegrarse. Forma parte de la tragedia que hemos vivido. Esto lo tiene que tener en cuenta el Presidente de la Nación, porque si al Soberano no se lo respeta, se quiebra el pacto social. Cuando se quiebra el pacto social los hombres que integran la comunidad vuelven al estado de naturaleza y tienen que defender sus derechos por su propia fuerza y voluntad. Esto es lo que tenemos que evitar. La Justicia por mano propia nos ha llevado a todos estos desencuentros. Repito, no es la reconciliación deseable, es la convivencia lo que debemos buscar. La convivencia a través de la Ley que debe ser sagrada para los hombres.

No podemos aceptar pasivamente a Jueces que respondan a las directivas o exigencias del Poder Ejecutivo ni de nadie. No podemos aceptar un Parlamento que se arrogue facultades que la Constitución no le da como declarar nula una Ley. No podemos nosotros aceptar pasivamente y callar ante sentencias judiciales dictadas por jueces que ilegalmente se toman la atribución de discutir la potestad política del Presidente de dictar un indulto. Todo esto forma parte de la degradación de la Ley. Es la postergación del sistema de la Ley, el que he descripto cuando señalé lo que el Estado debe ser. Es el que debe imperar como condicionante esencial de una República.

No es con odio que vamos arreglar todo esto. Es sentándose alrededor de una mesa los que piensan de distinta manera. Los que han peleado en ambos frentes.

Quiero recordar dos anécdotas de un gran Presidente como lo fue Nicolás Avellaneda. Cuando elegido Presidente, designó Canciller a Bernardo de Irigoyen fue acerbamente criticado pues el elegido era un hombre de Rosas. Curiosamente fueron mis antepasados, hijos de Florencio Varela, exaltados unitarios cuyo padre acérrimo adversario de Rosas resultó muerto en Montevideo como consecuencia de las luchas feroces de aquellos años, quienes desde su diario La Tribuna, defendieron la nominación de Bernardo de Irigoyen. Ese Presidente que vio la cabeza de su padre clavada en una pica en la Plaza del Tucumán, tuvo la grandeza de postergar cualquier sentimiento individual por la Patria. Ese mismo Presidente cuando regreso a su tierra natal con motivo de la inauguración del Ferrocarril del norte anticipo la entrada a la ciudad. Los vecinos advirtieron su presencia y en los balcones de una casa que se conserva en la ciudad tucumana, pronunció sus palabras más elocuentes y más bellas pudiendo decir: “Miradme, vuelvo a la casa de mis padres después de haber recorrido el camino de las ambiciones que viene tan cargado de gentes; miradme, las canas están poblando mis sienes; miradme, las arrugas surcan mi frente. Pero miradme, frente a la memoria de mis padres puedo deciros: miradme, soy el mismo”.

La palabras de Avellaneda admiten una interpretación a través de lo que es conceptualmente claudicar. Los hombres de la Republica no claudican. Pueden ser vencidos pero el vencido en una contienda tiene que saber mantener la dignidad de la derrota para lo cual no debe claudicar. Esto tenemos que rescatarlo de nuestra historia porque tenemos ejemplos a raudales. Tenemos que privilegiarlos. Si realmente estamos preocupados por la suerte de nuestros hijos y los que vienen detrás de ellos, lo mejor que podemos hacer es transformar la mano en puño. No para pegar. Para poder tomar una lapicera y escribir defendiendo con la pluma exponiendo las razones que creemos que nos asisten. Esa razón es la razón fundada en la Ley que es la que tenemos que privilegiar y que defender.

Los agravios que desde años vienen sufriendo las FF.AA han sido soportados con una entereza ejemplar.

Se han subordinado a su Comandante a pesar de que ese Comandante sabe que no están de acuerdo con muchas de las medidas que ha tomado. Porque no son un grupo de facciosos. Son las FF.AA de la Patria. Son esas FF.AA de Brown. Son esas FF.AA de San Martín. Son las FF.AA de ese ejemplo que puse hace un año en AUNAR, el del Cnel. Zelaya que después de la derrota de Vilcapugio y Ayohuma cubrió la retirada del Gral. Belgrano quien lo mandara a batir la vanguardia realista acompañado de un Teniente y ochenta montados. Belgrano pudo refugiarse en Jujuy. De esos ochenta montados aparecieron a los tres días en el campamento de Belgrano el Coronel Zelaya, el Tte. y nueve soldados.

¿Quienes eran ellos? Eran la Patria misma encarnada en seres anónimos. Eran la Patria que duerme en el fondo del mar en los despojos del Belgrano. Es la Patria que después de Cancha Rayada se rehizo en Maipú. Es la Patria de los hombres grandes como el ejemplo dado cuando Rosas y el entonces caudillo santafesino López, habiendo caído preso el Gral. Paz, decidieron su suerte. El Gral. López le recuerda a Rosas: “Tengamos en cuenta que fue uno de los héroes de Ituzaingo”. Por encima de las diferencias feroces que no respetaban ni a la vida misma, había algo que estaba por encima de todo interés  que era la Patria.

Para nosotros hoy la Patria es la Ley. Es la Constitución del ’53. Si tuviera el derecho convocaría a todos a unirse alrededor de los padres de todos estos jóvenes que no pagan un instituto privado. Son hijos de nuestra sociedad. Son esos Capitanes fluviales que navegan por nuestros ríos. Los que egresarán de la Escuela Nacional de Náutica tan antigua como la Patria misma. ¿Como esto no tiene valor? ¿Como puede ser esto desconocido?

Reconozco todo el derecho de llorar y homenajear a los muertos. Aquellos que tuvieron la desgracia dentro de su estirpe de contar con hijos que adhirieron al terrorismo también tienen derecho a homenajearlos, pero no nos obliguen a cerrar un Instituto Educativo para resaltar o exaltar al terrorismo.

Antes de terminar quiero señalar que en base al reciente fallo de la Corte que declaro la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, cualquiera de las victimas del terrorismo podría presentarse en los tribunales demandando el procesamiento de todos los integrantes de las organizaciones terroristas, ERP y Montoneros. ¿Por qué? Porque el Gobierno Constitucional en el año 1973 y 1975 las declaro asociaciones ilícitas de carácter terrorista. Esta es una verdad que esta en la historia.

No se necesitan museos para evitar el olvido. Las víctimas del terrorismo están en la memoria colectiva. Reitero pues no quiero desmentir lo que dije antes, que no quiero reavivar rescoldos. Simplemente aspiro a que se conozca la verdad. Esa verdad señores hoy esta en los archivos de todos los diarios. Los mismos diarios cuyas editoriales reconocían o alababan y que hoy están llamados a silencio.

Quiero traer algo que hace a este acto. El 24 de Marzo último desempeñó en alguna medida el papel que yo estoy cumpliendo una figura del mundo artístico que es Soledad Silveyra. Lo que ella no dijo, que junto a numerosos artistas conocieron el exilio no por la acción de las FFAA sino por la acción de la Triple A y que se exiliaron a lo largo de los años 74 y 75 para regresar al país durante el Gobierno Militar. Les doy un ejemplo concreto que es el de Horacio Guarany. En 1977 o 1978 estaba de vuelta en el país.

Hay dos circunstancias que no puedo dejar de destacar y que debemos tener bien en claro. Las FFAA no persiguieron a nadie por sus ideas. Las FFAA mal o bien, con errores que sin duda cometieron, con procedimientos que sin duda pudieron haber sido mejores o que podemos nosotros no compartir, solamente buscaron y lucharon contra terroristas.

Al respecto hay una diferenciación que hacer. Suele realizarse un símil del Gobierno de las FFAA con el régimen chileno del Gral. Pinochet. Sin que ello implique un agravio para los chilenos, país al que quiero y que tengo muchos amigos, hay que aclarar que en Chile casi no había terrorismo y que sus FFAA derrocaron a un Gobierno Constitucional, marxista sin duda, pero que había sido elegido conforme al voto. No hay ninguna razón que explique la desaparición o ejecución de  un solo chileno. Allí hubo una persecución ideológica.

En La Argentina por su ideología no se persiguió a nadie. Y pruebas al canto señores. En esos años Ernesto Sábato vivía en Santos Lugares. Hace mas de treinta y pico de años que lo conozco, teniendo una cierta amistad con él. Yo lo visitaba en su soledad porque pocos lo hacían y quienes hoy lo hacen entonces no golpeaban su puerta. Magdalena Ruiz Guiñazú tenía sus programas de radio y recordamos sus criticas y filípicas al Brigadier Cacciatore. No tuvo ningún problema por eso.

Yo podría traerles a Uds. los nombres de todos los que condujeron los noticiosos de televisión que en aquellos años que pactaban y contrataban sus servicios con las autoridades militares y que hoy no solo se hacen los distraídos sino que se han convertido en implacables críticos de las FFAA. Pero no solamente ellos. También hay civiles que ejercieron altas responsabilidades en el gobierno militar que hoy esconden y cuando se tratan estos temas callan.

Quisiera saber o cual fue la actitud del Dr. Santiago de Estrada, Presidente de la Legislatura Porteña, cuando se trataron estas Leyes, pues no basta con solo votar en contra. El juro conmigo como Secretario de Estado en Abril del 76 y se fue el 10 de Diciembre del ’83 para seguir como Embajador de Alfonsín, funcionario de Menem y hoy presidir la legislatura porteña que fue el escenario donde se convalidó el agravio.

Pero no solamente los civiles. He conocido militares y de alta graduación, que esconden su grado y condición militar. Hoy son licenciados habiendo algunos que dictan su cátedra en universidades como la del Salvador, escondiendo su condición de militar. Esto es algo que no puede ser.

Están quienes reconociendo la vigencia de los estatutos del proceso militar, como todos los que integraron la Cámara Federal con el Dr. Arslanian a la cabeza, que rechazaron los 3500 habeas corpus que hubieron en buena parte del país en el año 1975 y primer trimestre de 1976 o un Fiscal como Strassera que defendió en un recurso de habeas corpus la legalidad de la detención del ex Gobernador Cepernic de Santa Cruz, cofrade del actual Presidente, diciendo que era conforme a derecho.

Hoy niegan sus propio pasado y se esconden porque todo es un negocio, todo se compra, todo se vende. Los hombres de la Republica y por eso estamos hoy acá, tenemos que demostrar que no claudicamos, que no nos vendemos y que nuestros jóvenes van a seguir viviendo y educándose en el país porque para impedirlo tendrán que pasar por encima de nuestros cadáveres. Señores: Viva la Patria!

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2 – Cartas de lectores

“Cabo Primero de la Armada Juan Contreras,

uno de los tantos héroes olvidados”

Señor Director:

El día 17 de noviembre de 1972, fue atacada por la banda terrorista montoneros la Escuela de Mecánica de la Armada.

Ese día fue asesinado el Cabo Primero Furriel (post mortem) Juan Contreras, por el montonero disfrazado de guardiamarina  Julio Urien.

Juan Contreras es uno de los tantos héroes olvidados, que ha dado su vida bajo el fuego de las balas terroristas que asolaron en la década del 70 a la Nación Argentina.

En pocos días se cumplirán 32 años del paso a la inmortalidad de Contreras, como recuerdo en su honor, en el predio de la Escuela de Mecánica de Armada, hay una calle y una plazoleta con el nombre de este bravo marino, quiera Dios y los nuevos dueños de ésta, que el nombre del Cabo Primero Furriel Juan Contreras, no sea borrado de la que fue su casa y en la cual juró defender a la patria hasta perder la vida.

¿Habrá pasado por la mente de Contreras la frase del almirante Brown: "Es preferible irse a pique a rendir el pabellón"?, sí y no dudó en ofrendar su vida en defensa de nuestra patria, como tantos otros buenos argentinos hoy olvidados.

Cabo Primero Furriel (post mortem) Juan Contreras, tu ejemplo ha quedado grabado en miles de aspirantes navales, hoy cabos y suboficiales de nuestra Armada Argentina.

Los hombres de armas no olvidamos a nuestros héroes.

José Aníbal Borzi

Cabo Principal Furriel (r)

Ushuaia - Tierra del Fuego

[email protected]

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3 – Cartas de lectores

“Un chiste”

Sr. Director:

                      Cuando era niño circulaba un chiste, en el que un señor le preguntaba a otro el porqué buscaba un elemento extraviado en el lugar donde se encontraba, siendo que se le había perdido muy lejos de allí; el remate del chiste era "porque aquí hay más luz". La señora Carlotto no era tan chica en esa época y por eso probablemente utilice el mismo sistema facilista cuando acusa al gobierno militar de la desaparición de la madre del "último hijo encontrado" apellidado Nadal García. Ya que su madre desapareció el 5 de Marzo de 1976 durante un gobierno peronista, cabría preguntarle a la abuela más abuela de todas  ¿por qué acusa a los golpeados militares en lugar de al partido que hoy nos gobierna? Invito a los lectores de este diario a encontrar un remate adecuado para el "chiste" que nos quiere contar.

Guillermo H. Dotto

DNI 13172009

Comodoro Rivadavia 1850 Capital Federal.

[email protected]

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4 – Opiniones políticas

“La elección norteamericana”

A uno pueden gustarle o no los norteamericanos, siempre que sea posible una simplificación tal que englobe, bajo patrones comunes, a casi trescientos millones de personas, que, han hecho de la libertad y el disenso una de sus características principales. Puede no gustarle su modo de vida o su convicciones religiosas o políticas o el vestido con el que se cubren o los alimentos que ingieren. Puede aún cuestionar la gestión de sus gobernantes, no sólo en el orden interno, sino, también en su política exterior. Puede aún pensar que son el prototipo de la nación capitalista e imperial, madre de todos los males.

Lo que no se puede, a menos que seamos autistas , es ignorar a la nación norteamericana y sus indudables logros en materia de generación de riqueza, avances científicos y técnicos y su aceitado sistema político, económico y social, que le ha permitido sortear innumerables obstáculos, vencer enemigos, expandir su influencia en todos los rincones del mundo y brindar bienestar a millones de personas.

Naturalmente, además, se pueden tener convicciones políticas o económicas distintas de las de los norteamericanos. Se puede, por ejemplo, predicar las propiedad colectiva de los medios de producción, la manipulación de la voluntad colectiva, la censura de la expresión de disensos y toda la batería de propuestas con las la izquierda marxista pretende convencer a la gente. Hasta se puede sostener la conveniencia de una dictadura del proletariado y el partido político único o cualquier gobierno totalitario.

Lo que no se puede ignorar es la grandeza de esa nación que, a diferencia de muchas otras, admite los disensos y hasta la discusión de sus bases de sustentación - lo que resulta impensable en cualquiera de las versiones totalitarias de regímenes políticos influenciados por la doctrina marxista - y aún así perdura, desde hace mas de dos centurias, con las convicciones de sus fundadores.

Toda la aventura humana, toda su historia es compleja, plagada de imprevistos, retrocesos y avances, épocas de esplendor y épocas de decadencia. Es probable que la humanidad esté en un período de deterioro, sobre todo la civilización llamada occidental, que tiene sus raíces mas remotas en Grecia y Roma y las mas recientes en Europa. De esta última provienen los norteamericanos. Hay signos de ello pero no me voy a detener en su análisis.

Si quiero destacar la capacidad que tiene los norteamericanos para sobreponerse a las dificultades propias de la condición humana, la genialidad de sus procederes, que les permiten revisar sus conductas, discutirlas sin cortapisas, en el marco de un entramado político, económico y cultural que amengua las dificultades del tránsito hacia cambios trascendentales de su modo de vida, costumbres y gustos, sin perder su libertad.

Una nación en guerra, en un mundo plagado de amenazas tremendas, ha dado, otra vez, una lección a sus semejantes. Mediante métodos aceptados por todos los contendientes (gobernantes y gobernados) ha protagonizado una elección más, en su ya larga historia.

Ganó un partido, una forma de ver a Norteamérica. Todos, sin embargo, luchan por los mismos ideales, sin mengua de los matices. La gente sigue estudiando, trabajando, produciendo, previendo el futuro, admitiendo enmiendas y cambios de actitudes, enfrentando los desafíos.

A uno puede o no gustarle lo que sucedió o la que puede acontecer a partir de ahora. Lo que no puede es dudar de las convicciones, esfuerzos y éxitos de los norteamericanos.

Guillermo Lascano Quintana

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